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ZIDOVUDINA HUMAX Solución
Marca

ZIDOVUDINA HUMAX

Sustancias

ZIDOVUDINA

Forma Farmacéutica y Formulación

Solución

Presentación

1 Frasco, Solución, 100 y 240 Mililitros

Caja , 60 Tabletas

COMPOSICIÓN: Cada 100 mL de SOLUCIÓN oral contiene Zidovudina 1,000 g.

INDICACIONES: Coadyuvante en el manejo de pacientes con SIDA.

PROPIEDADES:

Mecanismo de acción: Zidovudina es un agente antiviral muy activo in vitro frente a los retrovirus, incluyendo el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). La fosforilación de zidovudina al derivado monofosfato (MP) es catalizada por la timidina kinasa celular tanto en células infectadas como en células sanas. Las fosforilaciones sucesivas en derivados di- y trifosfatos (TP) son catalizadas respectivamente por la timidilato kinasa celular y kinasas no específicas. El trifosfato de zidovudina actúa como sustrato e inhibidor de la transcriptasa inversa viral del virus, quedando bloqueada la formación del DNA proviral por incorporación de la zidovudina-MP a la cadena y posterior terminación de la misma. El efecto competitivo que ejerce la zidovudina-TP sobre la transcriptasa inversa del VIH es unas cien veces mayor que para la a DNA polimerasa celular. El efecto inhibidor que ejerce el trifosfato de zidovudina sobre la transcriptasa inversa del VIH es cien veces mayor que para la a DNA polimerasa celular.

FARMACOCINÉTICA:

Absorción: Zidovudina presenta una buena absorción intestinal con una biodisponibilidad del 52-75% para todas las dosis estudiadas A partir de un estudio de bioequivalencia, los valores medios en estado de equilibrio (CV%) para la concentración plasmática máxima en estado de equilibrio (Cssmax), concentración plasmática mínima en estado de equilibrio (Cssmin) y AUC [ss] en 16 pacientes que tomaron 300 mg de zidovudina en comprimidos dos veces al día fueron 8,57 (54%) microM (2,29 µg/mL), 0,08 (96%) microM (0,02 µg/mL) y 8,39 (40%) h*microM (2,24h*µg/mL), respectivamente. Los alimentos no afectan la absorción de zidovudina. Distribución: Zidovudina presenta una semivida plasmática de eliminación de 0.5 a 3 horas, el aclaramiento medio corporal total es de 27,1 mL/min/kg y el volumen de distribución aparente es de 1,4 a 1.7 L/kg. En adultos, la media de la relación de la concentración de zidovudina en el líquido cefalorraquídeo/plasma fue 0,5 aproximadamente, una vez transcurridas de 2 a 4 horas después de la administración de la dosis. Hay datos que indican que la zidovudina atraviesa la placenta y que aparece en el líquido amniótico y sangre fetal. También se ha detectado zidovudina en el semen y en la leche. La unión a proteínas plasmáticas es relativamente baja (34 a 38%) y no se han previsto interacciones medicamentosas que impliquen desplazamiento del lugar de unión. Biotransformación: Zidovudina se elimina principalmente por conjugación hepática en forma de un metabolito glucuronizado inactivo. El principal metabolito de zidovudina en plasma y orina es el derivado 5’-glucurónido, siendo el 50-80% de la dosis eliminada por excreción renal. Se ha identificado 3’-amino-3’-deoxitimidina (AMT) como un metabolito de zidovudina tras la administración intravenosa. Eliminación: El aclaramiento renal de zidovudina excede ampliamente el aclaramiento de creatinina, de lo que se deduce que hay secreción tubular significativa. A través de la orina se excretan 72-74% como metabolitos y 14-18% el fármaco sin cambios. Farmacocinética en niños: Absorción: En niños mayores de 5-6 meses el perfil farmacocinético de zidovudina es similar al de los adultos. Zidovudina presenta una buena absorción intestinal. La biodisponibilidad fue del 60-74% a todos los niveles estudiados, con una media del 65%. Las Css máx fueron 4,45 µM (1,19 µg/mL) después de la administración de una dosis de 120 mg de Zidovudina (en solución)/m2 y 7,7 µM (2,06 µg/mL) con dosis de 180 mg/m2 de área de superficie corporal. La administración a niños de dosis de 180 mg/m2 cuatro veces al día dio lugar a una exposición sistémica similar (AUC a las 24 horas: 40,0 h.µM o 10,7 h.µg/mL) al de dosis de 200 mg, seis veces al día en adultos (40,7 h.µM ó 10,9h.µg/mL). Distribución: Después de la administración intravenosa, la semivida plasmática terminal y el aclaramiento corporal total fueron 1,5 horas y 30,9 mL/min/kg respectivamente. En niños, la media de la relación de la concentración de zidovudina entre el líquido cefalorraquídeo/plasma, osciló entre 0,52-0,85, determinada transcurridas 0,5 - 4 horas después de la administración de la dosis por vía oral, y una media de 0,87 determinada transcurridas 1-5 horas de una administración intravenosa de 1 hora de perfusión. Durante la perfusión intravenosa continua, la media de la relación de la concentración en el líquido cefalorraquídeo/plasma en el estado de equilibrio fue de 0,24. Metabolismo: El principal metabolito es el 5’-glucurónido. Después de la administración intravenosa, el 29% de la dosis administrada se recuperó inalterada en orina y el 45% se excretó como derivado glucurónido. Eliminación: El aclaramiento renal de zidovudina excede ampliamente el aclaramiento de creatinina, de lo que se deduce que hay secreción tubular significativa. Los datos disponibles sobre farmacocinética en neonatos y en niños pequeños, indican que la glucuronidación de zidovudina es reducida con un consecuente incremento de la biodisponibilidad, reducción del aclaramiento y una semivida más larga en niños menores de 14 días aunque, posteriormente, la farmacocinética es similar a la registrada en adultos. Embarazo: Se ha investigado la farmacocinética de zidovudina en un estudio con ocho mujeres durante el tercer trimestre del embarazo. A medida que avanzaba la gestación, no se observó acumulación del fármaco. La farmacocinética de zidovudina resultó similar a la de mujeres adultas no embarazadas. En concordancia con la transmisión pasiva del fármaco a través de la placenta, las concentraciones de zidovudina en el plasma del niño al nacer fueron básicamente iguales a las del plasma materno en el parto. Ancianos: No hay datos específicos disponibles sobre la farmacocinética de zidovudina en ancianos. Insuficiencia renal: Hay datos limitados sobre la farmacocinética de zidovudina en pacientes con insuficiencia renal. Insuficiencia hepática: Hay datos limitados sobre la farmacocinética de zidovudina en pacientes con insuficiencia hepática.

CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad a la zidovudina. Todo paciente debe tener el diagnóstico de SIDA o caso confirmado por laboratorio, para uso exclusivo de especialista.

REACCIONES ADVERSAS: El perfil de reacciones adversas parece similar en niños y en adultos. Las reacciones adversas más graves incluyen: anemia (puede requerir transfusiones), neutropenia y leucopenia. Estas reacciones ocurrieron con más frecuencia a las dosis más altas (1200 a 1500 mg/día), en los pacientes con la enfermedad avanzada por VIH (especialmente cuando la función de la médula ósea es escasa antes del tratamiento) y particularmente en pacientes con un recuento de células CD4 +inferior a 100/mm3. Puede ser necesaria la reducción de la dosis o suspensión del tratamiento. La incidencia de neutropenia se incrementó en aquellos pacientes cuyos recuentos de neutrófilos, niveles de hemoglobina y niveles séricos de vitamina B12 fueron bajos al comenzar la terapia con zidovudina. Con el uso de análogos de nucleósidos se han comunicado casos de acidosis láctica, normalmente asociada a hepatomegalia grave y esteatosis hepática. Los siguientes efectos han sido comunicados en pacientes tratados con zidovudina. Las reacciones adversas consideradas al menos como posiblemente relacionados con el tratamiento se han clasificado por órgano, sistemas y frecuencias. Las frecuencias se han definido de la siguiente forma: Muy frecuentes (≥ 1/ 10), frecuentes (≥ 1/100, < 1/10), poco frecuentes (≥ 1/1000, < 1/100), raras (≥ 1/10000, < 1/1000), muy raras < 1/10000), no se conocen (no se pueden calcular a partir.de los datos disponibles). Trastornos de la sangre y del sistema linfático: Frecuentes: Anemia, neutropenia y leucopenia. Poco frecuentes: Pancitopenia con hipoplasia medular, trombocitopenia. Raras: Aplasia eritrocítica pura. Muy raras: Anemia aplásica. Trastornos del metabolismo y nutrición: Raras: Acidosis láctica en ausencia de hipoxemia, anorexia. Trastornos psiquiátricos: Raras: Ansiedad y depresión. Trastornos del sistema nervioso: Muy frecuentes: Dolor de cabeza. Frecuentes: Mareos. Raras: Insomnio, parestesia, somnolencia, pérdida de agudeza mental, convulsiones. Trastornos cardiacos:Raras: Cardiomiopatía. Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos: Poco frecuentes: Disnea. Raras: Tos. Trastornos gastrointestinales: Muy frecuentes: Náuseas. Frecuentes: Vómitos, diarrea y dolor abdominal. Poco frecuentes: Flatulencia. Raras: Pancreatitis. Pigmentación de la mucosa oral, alteración del gusto y dispepsia. Trastornos hepatobiliares: Frecuentes: Aumento de las enzimas hepáticas en sangre y la bilirrubina sérica. Raras: Alteraciones hepáticas tales como hepatomegalia grave con esteatosis. Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo: Poco frecuentes: Erupción y prurito. Raras: Urticaria, pigmentación de uñas y piel, y sudoración. Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo: Frecuentes: Mialgia. Poco frecuentes: Miopatía. Trastornos renales y de las vías urinarias: Raras: Micción frecuente. Trastornos del aparato reproductor y de la mama: Raras: Ginecomastia. Trastornos generales: Frecuentes: Malestar. Poco frecuentes: Astenia, fiebre y dolor generalizado. Raras: Dolor en el pecho y síndrome gripal, escalofríos. Los datos disponibles procedentes de estudios controlados con placebo y abiertos indican que la incidencia de náuseas y otros efectos adversos clínicos frecuentemente informados, disminuye con el tiempo durante las primeras semanas de tratamiento con zidovudina. El tratamiento antirretroviral combinado se ha asociado con una redistribución de la grasa corporal (lipodistrofia) en pacientes con infección por VIH incluyendo la pérdida de grasa periférica y subcutánea facial, aumento de la grasa intraabdominal y visceral, ginecomastia y acumulación de grasa dorsocervical (joroba de búfalo). Se ha asociado el tratamiento antirretroviral combinado con alteraciones metabólicas como hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, hiperglucemia e hiperlactatemia. Al inicio de la terapia antirretroviral combinada, en los pacientes infectados por VIH con deficiencia inmune grave, puede aparecer una respuesta inflamatoria frente a infecciones oportunistas latentes o asintomáticas. Se han identificado casos de osteonecrosis, especialmente en pacientes con factores de riesgo generalmente reconocidos, enfermedad avanzada por VIH o exposición prolongada al tratamiento antirretroviral combinado. Se desconoce la frecuencia de esta reacción adversa.

INTERACCIONES: Zidovudina se elimina principalmente por conjugación hepática en forma de un metabolito glucuronizado inactivo. Los fármacos que se eliminan principalmente por metabolismo hepático especialmente a través de glucuronidación, pueden potencialmente inhibir el metabolismo de zidovudina. Las interacciones que se relacionan a continuación no deben ser consideradas exhaustivas, aunque son representativas del tipo de sustancias con las que se debe tener especial precaución. Datos limitados sugieren que la administración conjunta de zidovudina con rifampicina disminuye el AUC (área bajo la curva de concentración plasmática) de zidovudina en un 48% ± 34%, lo que puede conducir a una pérdida parcial o total de la eficacia de zidovudina. En consecuencia, debe evitarse la administración de zidovudina junto con rifampicina. In vitro, existe un antagonismo entre zidovudina y Estavudina. Por lo tanto, debe evitarse el uso concomitante de zidovudina con Estavudina. El probenecid aumenta el AUC de zidovudina en un 106% (100 a 170%). Los pacientes que recibieron ambos fármacos deben ser estrechamente monitorizados a fin de detectar una posible toxicidad hematológica. Se ha reportado una variación en los niveles plasmáticos de fenitoína en algunos pacientes tratados con zidovudina, que corresponde generalmente a una disminución en las concentraciones de fenitoína, excepto en un caso en el que se observó un aumento. Se recomienda la monitorización de las concentraciones plasmáticas de fenitoína en pacientes que reciben ambos fármacos. En un estudio farmacocinético, la administración conjunta de zidovudina y atovacuona, mostró una disminución del aclaramiento de zidovudina tras su administración por vía oral que condujo a un incremento del 35%±23% en el AUC de zidovudina en plasma. Se desconoce el mecanismo de la interacción y, debido a que se alcanzan mayores concentraciones de atovacuona con atovacuona en suspensión, es posible que los cambios en los valores de AUC de zidovudina sean mayores cuando se administra atovacuona en forma de suspensión. Se desconoce el significado clínico de este hecho a causa de los datos limitados de los que se dispone. El ácido valproico, fluconazol o metadona co-administrados con zidovudina, producen una disminución del aclaramiento de zidovudina con un aumento correspondiente en el AUC. Los datos disponibles son limitados, la importancia clínica de estos hallazgos ni está clara. Sin embargo, en caso de co-administración de zidovudina con ácido valproico, fluconazol o metadona, los pacientes deben ser estrechamente monitorizados a fin de detectar una toxicidad potencial de la zidovudina. Se ha reportado un empeoramiento de la anemia debido a ribavirina cuando zidovudina forma parte del tratamiento de la infección por VIH, otros fármacos incluyendo, pero no solo aspirina, codeína, morfina, indometacina, ketoprofeno, naproxeno, oxacepam, loracepam, cimetidina, clofibrato, dapsona e isoprinosina pueden también alterar el metabolismo de la zidovudina al inhibir de forma competitiva la glucuronidación o directamente inhibiendo el metabolismo microsomal hepático. Se debe prestar especial atención a las posibles interacciones medicamentosas antes de utilizar dichas sustancias, particularmente en tratamiento crónico combinadas con zidovudina. Aunque el mecanismo exacto aún no se ha dilucidado, no se recomienda el uso concomitante de ribavirina y zidovudina debido a un mayor riesgo de anemia. Se debe considerar sustituir la zidovudina por antirretrovirales combinados para el tratamiento, si es que ya es parte del tratamiento de la infección por VIH. Esto es particularmente importante en pacientes con antecedentes conocidos de anemia inducida por zidovudina. El tratamiento simultáneo, especialmente la terapia aguda, con fármacos potencialmente nefrotóxicos o mielosupresores, tales como pentamidina sistémica, dapsona, pirimetamina, cotrimoxazol, anfotericina, flucitosina, ganciclovir, interferón, vincristina, vinblastina o doxorrubicina también puede aumentar el riesgo de reacciones adversas con zidovudina. Si es necesario el tratamiento conjunto con cualquiera de estos fármacos, se deberá tener precaución especial y se controlará la función renal y los parámetros hematológicos y, si es necesario, se reducirá la dosis de uno o más fármacos. Los datos limitados de los ensayos clínicos no indican un riesgo significativamente aumentado de reacciones adversas a zidovudina con cotrimoxazol, pentamidina aerosolizada, primetadina y aciclovir cuando se usan dosis para profilaxis. Los comprimidos de claritromicina reducen la absorción de zidovudina. Esto puede evitarse distanciando la administración de zidovudina y claritromicina al menos dos horas.

PRECAUCIONES: El tratamiento con zidovudina no elimina la infección por VIH por lo cual los pacientes corren el riesgo de desarrollar enfermedades asociadas a depresión inmunitaria, incluyendo infecciones oportunistas y neoplasias. Aunque ha demostrado reducir el riesgo de infecciones oportunistas, se dispone de datos limitados sobre su influencia en el desarrollo de neoplasias, incluyendo linfomas. Los datos que se encuentran disponibles de pacientes tratados por infección avanzada por VIH indican que el riesgo de desarrollo de linfomas es consistente con el observado en pacientes no tratados. Se desconoce el riesgo de desarrollo de linfomas en pacientes con enfermedad inicial por VIH sometidos a tratamiento a largo plazo. Zidovudina debe administrarse bajo la supervisión de un médico experto en el tratamiento de pacientes con infección por VIH o SIDA. Para realizar un tratamiento adecuado se requiere el acceso a equipos adecuados, por ejemplo poder realizar si fuera necesario monitorizaciones hematológicas, incluyendo determinación de la carga viral, de linfocitos CD4+ y transfusiones sanguíneas. Reacciones adversas hematológicas: En pacientes tratados con zidovudina, puede aparecer anemia (normalmente no se observa antes de las primeras seis semanas de tratamiento con zidovudina, aunque ocasionalmente ocurre antes), neutropenia (puede ocurrir en las primeras 2-4 semanas de tratamiento, aunque en algunas ocasiones ocurre antes) y leucopenia, normalmente secundaria a la neutropenia (usualmente ocurre después de 6 a 8 semanas de tratamiento) Estos efectos aparecían más frecuentemente a las dosis más elevadas (1200-1500 mg/día) en pacientes con insuficiencia medular antes del tratamiento, especialmente con enfermedad avanzada por VIH. Los parámetros hematológicos se deben controlar cuidadosamente. Para pacientes con enfermedad avanzada sintomática por VIH, generalmente es recomendable hacer análisis de sangre al menos cada 2 semanas durante los 3 primeros meses de tratamiento y después, por lo menos, una vez al mes. En pacientes con enfermedad inicial por VIH (en los que la función medular está conservada), son poco frecuentes las reacciones adversas hematológicas. Dependiendo del estado general del paciente, los análisis de sangre pueden realizarse con menos frecuencia, por ejemplo cada 1-3 meses. Si se observa una disminución del nivel de hemoglobina a valores entre 7,5 g/dL (4,65 mmol/L) y 9 g/dL (5,59 mol/L), o el recuento de neutrófilos disminuye a valores entre 0,75 x 109/L y 1,0 x 109/L, se puede reducir la dosis diaria, interrumpirla y si es necesario realizar una transfusión de sangre. Acidosis láctica: Se han comunicado casos de acidosis láctica normalmente asociada a hepatomegalia y esteatosis hepática con el uso de análogos de los nucleósidos. Los síntomas iniciales (hiperlactatemia sintomática) incluyen síntomas digestivos benignos (náuseas, vómitos y dolor abdominal), una sensación de malestar general, pérdida de apetito, pérdida de peso, síntomas respiratorios (respiración rápida y/o profunda) o síntomas neurológicos (incluyendo debilidad motora).

La acidosis láctica es causa de una elevada mortalidad y puede estar asociada a pancreatitis, insuficiencia hepática o insuficiencia renal. La acidosis láctica generalmente aparece después de unos pocos o varios meses de tratamiento. El tratamiento con análogos de nucleósidos debe interrumpirse en caso de hiperlactatemia sintomática y acidosis metabólica/láctica, hepatomegalia progresiva o una elevación rápida de los niveles de transaminasas. Deberá tenerse precaución cuando se administren análogos de nucleósidos a pacientes (en especial, mujeres obesas) con hepatomegalia, hepatitis u otros factores de riesgo conocidos de enfermedad hepática y esteatosis hepática (incluyendo determinados medicamentos y alcohol). Los pacientes con hepatitis C concomitante y tratados con interferón alfa y ribavirina están particularmente expuestos. Los pacientes de mayor riesgo deben ser seguidos estrechamente. Toxicidad mitocondrial: Se ha demostrado que los análogos de nucleósidos y nucleótidos causan tanto in vitro como in vivo daño mitocondrial de diferente grado. Se han observado casos de disfunción mitocondrial en niños VIH-negativos expuestos durante la gestación y/o tras el nacimiento a análogos de nucleósidos. Las principales reacciones adversas descritas son trastornos hematológicos (anemia, neutropenia), trastornos metabólicos (hiperlactatemia, hiperlipasemia). Estas reacciones son a menudo transitorias. Se han descrito algunos trastornos neurológicos de aparición tardía (hipertonía, convulsiones, comportamiento anormal). Actualmente se desconoce si los trastornos neurológicos son transitorios o permanentes. Debe realizarse un seguimiento clínico y de laboratorio a cualquier niño expuesto durante la gestación a análogos de nucleótidos y nucleósidos, incluso los niños VIH-negativos, y debe llevarse a cabo una investigación completa para determinar la posibilidad de que tengan una disfunción mitocondrial en caso de aparición de signos, o síntomas relevantes. Estos hallazgos no afectan a las actuales recomendaciones de empleo del tratamiento antirretroviral para prevenir la transmisión vertical del VIH en mujeres embarazadas. Lipodistrofia: La terapia antirretroviral combinada se ha asociado con una redistribución de la grasa corporal (lipodistrofia) en pacientes con infección por VIH. Actualmente se desconocen las consecuencias de estos efectos a largo plazo. El conocimiento sobre el mecanismo es incompleto. Se han propuesto como hipótesis una posible conexión entre lipomatosis visceral y el tratamiento con inhibidores de la proteasa (IPs) y entre lipoatrofia y el tratamiento con inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (INTIs). Se ha relacionado un mayor riesgo de lipodistrofia con factores del individuo tales como la edad avanzada, y con factores relacionados con el fármaco, tales como una larga duración del tratamiento antirretroviral, y trastornos metabólicos asociados. El examen clínico debe incluir una evaluación de los signos físicos de redistribución de la grasa. Se deben tener en cuenta los niveles de lípidos en suero y de glucosa en sangre, en condiciones de ayuno. Los trastornos lipídicos deben tratarse como se considere clínicamente apropiado. Enfermedad hepática: El aclaramiento de zidovudina en pacientes con disfunción hepática sin cirrosis (Índice Child-Pugh de 5-6) es similar al observado en individuos sanos, por tanto no es necesario ajuste de dosis de zidovudina. En pacientes con enfermedad hepática de moderada a grave (Índice Child-Pugh de 7-15) no pueden hacerse recomendaciones de dosis específicas debido a la gran variabilidad de exposición a zidovudina, por tanto no se recomienda el uso de zidovudina en este grupo de pacientes.

Los pacientes con hepatitis B o C crónica tratados con terapia antirretroviral combinada tienen un mayor riesgo de reacciones adversas hepáticas graves y potencialmente mortales. En pacientes con disfunción hepática preexistente, incluyendo hepatitis crónica activa, existe un incremento en la frecuencia de anormalidades de la función hepática durante el tratamiento antirretroviral combinado y deberían ser controlados de acuerdo con la práctica clínica habitual. Si existe evidencia de empeoramiento de la enfermedad hepática en estos pacientes, se debe considerar una interrupción o suspensión del tratamiento. Síndrome de Reconstitución Inmune: Cuando se instaura una terapia combinada, en pacientes afectados por VIH con deficiencia inmune grave, puede aparecer una respuesta inflamatoria frente a patógenos oportunistas latentes o sintomáticos y ocasionar gravedad clínica o empeoramiento de los síntomas. Tales reacciones se han observado en las primeras semanas o meses después del inicio de la terapia antirretroviral combinada. Algunos ejemplos relevantes de estas reacciones son, retinitis por citomegalovirus, infecciones micobacterianas generalizadas y/o localizadas, y neumonía por Pneumocystis carinii. Se debe evaluar cualquier síntoma inflamatorio y establecer un tratamiento cuando sea necesario. Los pacientes deben ser advertidos de que no se ha demostrado que el tratamiento con zidovudina prevenga la transmisión sexual o sanguínea del VIH. Osteonecrosis: se han notificado casos de osteonecrosis, especialmente en pacientes con infección avanzada por VIH y/o exposición prolongada al tratamiento antirretroviral combinado (TARC), aunque se considera que la etiología es multifactorial (incluyendo el uso de corticosteroides, consumo de alcohol, inmunodepresión grave, índice de masa corporal elevado). Se debe aconsejar a los pacientes que consulten al médico si experimentan molestias o dolor articular, rigidez articular o dificultad para moverse. Pacientes co-infectados por el virus de la hepatitis C: No se recomienda el uso concomitante de ribavirina y zidovudina debida un mayor riesgo de anemia. Embarazo (Categoría de riesgo FDA: C): El uso de zidovudina en mujeres embarazadas de más de 14 semanas de gestación, con el tratamiento subsiguiente a sus niños recién nacidos, ha demostrado reducir de forma significativa la incidencia de transmisión materno-fetal de VIH en base a cultivos virales en niños. La zidovudina tiene un alto nivel de transferencia a través de la placenta humana, No presenta riesgos de defectos al nacimiento tras la exposición en el primer trimestre de embarazo. La farmacocinética no se modifica en el embarazo y no se requiere de ajuste de dosis. Ver dosis en Precauciones. Con base a los hallazgos de carcinogenicidad/mutagenicidad en animales, no se puede excluir un riesgo de carcinogenicidad en humanos. Se desconoce la relevancia de estos hallazgos con respecto tanto a niños infectados como no infectados expuestos a zidovudina. De todas formas, las mujeres embarazadas que consideren la utilización de zidovudina durante el embarazo deben ser conscientes de estos hallazgos. Dada la existencia de datos limitados sobre el uso general de zidovudina en el embarazo, este debe utilizarse antes de la semana 14 de gestación sólo cuando el potencial beneficio para la madre y el feto supere los riesgos. Estudios en ratas y conejas preñadas, tratadas con zidovudina por vía oral a niveles de dosis de 450 y 500 mg/kg/día respectivamente durante la fase principal de la organogénesis, no han revelado evidencia de teratogenicidad. Hubo, sin embargo, un incremento estadísticamente significativo en las resorciones fetales en ratas tratadas con 150 - 450 mg/kg/día y en conejas tratadas con 500 mg/kg/día. Fertilidad: Zidovudina no produjo ninguna alteración en la fertilidad de ratas machos o hembras a las que se administraron dosis orales de hasta 450 mg/kg/día. No se dispone de datos sobre el efecto de zidovudina sobre la fertilidad de la mujer. En el hombre, zidovudina no ha mostrado tener efecto sobre la cantidad, morfología o motilidad del esperma. Lactancia: Algunos profesionales sanitarios recomiendan que las mujeres infectadas con el VIH no amamanten a sus hijos para evitar la transmisión del VIH. Tras la administración de una dosis única de 200 mg de zidovudina a mujeres infectadas con el VIH, la concentración media de zidovudina en la leche humana y en el suero fue similar. Por lo tanto, dado que el fármaco y el virus pasan a la leche, se recomienda que las madres que estén tomando zidovudina no amamanten a sus hijos durante el tratamiento con zidovudina. Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas: No se han realizado estudios que investiguen el efecto de zidovudina sobre la capacidad para conducir vehículos y manejar maquinaria. Es más, no se puede predecir un efecto en detrimento de tales actividades, a partir de la farmacología del producto. No obstante, se deberá tener en cuenta el estado clínico del paciente y el perfil de efectos adversos de zidovudina, cuando se considere la capacidad para conducir y utilizar maquinaria del paciente. Este medicamento contiene sacarosa. Los pacientes con intolerancia hereditaria a la fructosa, malabsorción de glucosa o galactosa, o insuficiencia de sacarasa-isomaltasa, no deben tomar este medicamento.

DOSIFICACIÓN: Zidovudina solución oral puede tomarse con o sin alimentos. La terapia debe ser iniciada por un médico con experiencia en el manejo de la infección por VIH. Dosis en adultos: La dosis usual recomendada de zidovudina en combinación con otros agentes antirretrovirales es de 300 mg/día (30 mL) en dos veces al día. Dosis en niños: La dosis debe calcularse por superficie corporal o por peso corporal (kg).

Dosis por superficie corporal: De 3 meses-12 años: La dosis recomendada de zidovudina es de 240 mg/m2 dos veces al día (dosis máxima: 300 mg dos veces al día) o 160 mg/m2. -tres veces al día (dosis máxima: 200 mg tres veces al día).

Dosis por peso corporal:

Peso corporal ( kg)

Pauta

4 a < 9

12 mg/kg/dosis dos veces al día o 8 mg/kg/dosis tres veces al día.

9 a < 30

9 mg/kg/dosis dos veces al día o 6 mg/kg/dosis tres veces al día.

≥ 30

300 mg dos veces al día o 200 mg tres veces al día.

Prevención de la transmisión materno-fetal: Aunque no se ha identificado la posología óptima, el siguiente régimen de dosificación ha demostrado ser eficaz. Las mujeres embarazadas (de más de 14 semanas de gestación) deberán recibir 500 mg/día por vía oral (100 mg cinco veces al día) hasta el comienzo del parto. Durante todo el proceso del parto y alumbramiento se deberá administrar zidovudina por vía intravenosa a 2 mg/kg de peso corporal administrado durante una hora, seguido de una perfusión intravenosa continua a 1 mg/kg/hora hasta que se corte el cordón umbilical.

Los niños recién nacidos deberán recibir 2 mg/kg de peso corporal por vía oral cada 6 horas empezando en las 12 horas siguientes al nacimiento y continuado hasta las 6 semanas de edad (por ejemplo, un neonato de 3 kg requeriría una dosis de 0,6 mL de solución oral cada 6 horas). Los niños que no puedan recibir el tratamiento por vía oral deberán recibir zidovudina por vía intravenosa a 1,5 mg/kg de peso corporal perfundido durante 30 minutos cada 6 horas.

En caso de cesárea programada, la perfusión intravenosa de zidovudina debe comenzar 4 horas antes de la operación. En caso de que el parto no se hubiera iniciado realmente, debe interrumpirse la infusión con zidovudina y reiniciarse el tratamiento por vía oral.

Ajuste de dosis recomendado en caso de reacciones adversas hematológicas: Se puede precisar una reducción de la dosis o una interrupción del tratamiento con zidovudina en pacientes cuyos niveles de hemoglobina disminuyan a valores entre 7,5 g/dl (4,65 mmol/L) y 9 g/dl (5,59 mmol/L), o cuyos recuentos de neutrófilos disminuyan a valores entre 0,75 x 109/L y 1,0 x 109/L.

Ancianos: No se ha estudiado el perfil farmacocinético de zidovudina en pacientes de más de 65 años y no se dispone de datos específicos. Sin embargo, dado que se aconseja tener un cuidado especial en este grupo de pacientes a causa de cambios relacionados con la edad como disminución de la función renal y alteraciones en los parámetros hematológicos, se recomienda un control adecuado de estos pacientes antes y durante el uso de zidovudina.

Dosis en caso de insuficiencia renal: En pacientes con insuficiencia renal grave, el aclaramiento aparente de zidovudina tras la administración oral de zidovudina fue de, aproximadamente, el 50% del valor obtenido en individuos sanos con función renal normal. Por lo tanto, se recomienda una reducción de dosis de 300-400 mg al día para pacientes con insuficiencia renal grave con un aclaramiento de creatinina ≤10 mL/min. Los parámetros hematológicos y la respuesta clínica pueden influir sobre la necesidad de un ajuste de dosis posterior.

La hemodiálisis y la diálisis peritoneal no tienen efecto significativo sobre la eliminación de zidovudina, mientras que la eliminación del metabolito glucurónido inactivo se ve aumentada.

Dosis en caso de insuficiencia hepática: Los datos de pacientes con cirrosis sugieren la posible acumulación de zidovudina en pacientes con insuficiencia hepática debido a una disminución de la glucuronidación. Puede ser necesario reducir la dosis pero, dado que sólo se dispone de datos limitados, no se pueden realizar por el momento recomendaciones precisas. Si no fuera factible la monitorización de los niveles plasmáticos de zidovudina, el médico necesitaría controlar los signos de intolerancia, tales como la aparición de reacciones adversas hematológicas (anemia, leucopenia, neutropenia) y reducir la dosis y/o aumentar el intervalo entre dosis según sea apropiado.

SOBREDOSIFICACIÓN:

Síntomas y signos: No se han identificado síntomas o signos específicos tras una sobredosis aguda con zidovudina aparte de los enumerados como efectos indeseables, es decir, fatiga, dolor de cabeza, vómitos e informes ocasionales de alteraciones hematológicas. Tras la comunicación de que un paciente había tomado una cantidad inespecífica de zidovudina, con niveles en sangre que se correspondían con una sobredosis superior a 17g, no se identificaron, sin embargo, secuelas clínicas, bioquímicas o hematológicas a corto plazo. Tratamiento: Los pacientes deben ser observados cuidadosamente para determinar los posibles efectos tóxicos y se les debe administrar el tratamiento de apoyo apropiado. La hemodiálisis y la diálisis peritoneal parecen tener un efecto limitado sobre la eliminación de zidovudina, sin embargo favorecen la eliminación del metabolito glucurónido.

PRESENTACIÓN: Caja plegadiza con un frasco plástico PEAD por 100 mL más tapón en PEBD, con tapa en polipropileno y jeringa dosificadora en polipropileno y PEAD por 10 mL. Caja plegadiza con un frasco plástico PEAD por 240 mL más tapón en PEBD, con tapa en polipropileno y jeringa dosificadora en polipropileno y PEAD por 10 mL. (Reg. San. INVIMA 2007M-0007425).

HUMAX PHARMACEUTICAL, S. A.

CONSERVACIÓN: Almacenar a temperaturas no mayores de 30 °C, en un lugar fresco, protegido de la luz y la humedad.