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Bandera Colombia

AMDIPIN H Tabletas
Marca

AMDIPIN H

Sustancias

AMLODIPINO, HIDROCLOROTIAZIDA

Forma Farmacéutica y Formulación

Tabletas

Presentación

1 Caja, 10 y 30 Tabletas, 5/12.5 mg

1 Caja, 10 y 30 Tabletas, 10/25 mg

COMPOSICIÓN: Cada TABLETA de AMDIPIN H® 5 mg contiene 5 mg de amlodipino más 12,5 mg de hidroclorotiazida. Cada TABLETA de AMDIPIN H® 10 mg contiene 10 mg de amlodipino más 25 mg de hidroclorotiazida.

INDICACIONES: AMDIPIN H® está indicado para el tratamiento de la hipertensión arterial en aquellos pacientes en quienes sea necesario y apropiado un tratamiento combinado, cuando la presión arterial no logra controlarse adecuadamente con la monoterapia. AMDIPIN H® es un medicamento de segunda línea.

FARMACOCINÉTICA: El amlodipino se absorbe muy bien después de su administración oral alcanzando niveles máximos en 6 a 12 horas. La biodisponibilidad absoluta es de 64 a 90% y su volumen de distribución de 21 L/kg. La absorción no se altera por los alimentos; se une a las proteínas plasmáticas en un 93%. La vida media de eliminación es de 35 a 50 horas consistente con su efecto farmacológico superior a las 24 horas. Los niveles estables en sangre se alcanzan con 7 a 8 días de administración continua. Amlodipino se metaboliza extensamente a nivel hepático y se excreta en un 70% por vía renal (10% como medicamento no alterado y 60% como metabolitos inactivos). La farmacocinética del amlodipino no se altera significativamente por la insuficiencia renal; la enfermedad hepática disminuye el aclaramiento incrementando el AUC en 40-60%; una disminución inicial de la dosis es requerida. La hidroclorotiazida se absorbe muy bien tras la administración oral. No es metabolizada y se elimina rápidamente por el riñón.

Cuando los niveles plasmáticos se mantienen constantes por al menos 24 horas la vida media observada es de 5,6 a 14,8 horas; 61% de la dosis administrada se elimina sin alterar por vía renal en las primeras 24 horas. La hidroclorotiazida pasa la barrera placentaria pero no cruza la barrera hematoencefálica; se excreta en alguna cantidad en la leche materna.


FARMACOLOGÍA: El amlodipino es un medicamento antihipertensivo y antianginoso del grupo de los calcioantagonistas dihidropiridínicos, que inhibe el flujo de calcio a través de las membranas celulares en el músculo cardiaco y células musculares lisas de las paredes vasculares. El amlodipino bloquea principalmente los canales de calcio tipo-L operados por voltaje, aunque algunos estudios recientes sugieren alguna acción sobre los canales operados por receptor. El principal sitio de acción del amlodipino es sobre la musculatura vascular produciendo su acción farmacológica por vasodilatación periférica y notoria disminución de la resistencia vascular.

Dado que la vida media es de 35 a 45 horas, la duración de acción es superior a las 24 horas, su farmacocinética no se ve afectada por la insuficiencia renal y posee una relación valle/pico de 0,66 conservando más del 50% de su actividad farmacológica al final de las 24 horas, por lo que se dosifica una sola vez al día, lo que facilita la adherencia al tratamiento, un control persistente de la presión arterial y una protección adicional contra el riesgo de muerte súbita, ataque cardiaco o apoplejía que se presentan por el incremento súbito de la presión arterial al levantarse en la mañana.

La hidroclorotiazida es una benzotiadiazina (tiazida) diurética. El mecanismo de acción exacto de la hidroclorotiazida aún no está bien aclarado, pero es probablemente multifactorial. El mecanismo del efecto antihipertensivo de las tiazidas puede estar relacionado con la excreción y la redistribución del sodio del organismo: La hidroclorotiazida es un diurético tiazídico que incrementa la excreción urinaria de sodio y agua por inhibir el co-transportador de Na-Cl, y así inhibir la reabsorción de sodio en el túbulo contorneado distal. Al aumentar la excreción de sodio en el túbulo renal distal, la hidroclorotiazida incrementa la eliminación de potasio a través de un mecanismo de intercambio sodio-potasio. La hidroclorotiazida, al igual que los otros diuréticos tiazídicos, también disminuye la velocidad de filtración glomerular, lo que reduce la eficacia de estos fármacos en los pacientes con insuficiencia renal. La presión sanguínea podría ser, en principio, reducida debido a una reducción del volumen plasmático y de los fluidos extracelulares, lo que a su vez, ocasionaría una reducción del gasto cardiaco. Cuando el gasto cardíaco retorna a la normalidad, y los volúmenes de plasma y fluidos extracelulares son ligeramente menores, las resistencias periféricas se encuentran reducidas y, en consecuencia, la presión arterial también. Usualmente, no afecta la presión arterial cuando ésta es normal.

Hidroclorotiazida aumenta la excreción de sodio, cloruro y agua en la orina y, en menor grado, la excreción de potasio, magnesio y bicarbonato, aumentando así la diuresis y ejerciendo un efecto antihipertensivo. Puede disminuir la eliminación de calcio y de ácido úrico. La hipopotasemia e hipocloremia inducidas por las tiazidas pueden ocasionar una ligera alcalosis metabólica, aunque la eficacia diurética no es afectada por el equilibrio ácido-base del paciente. El tiempo hasta que se produce la aparición de la actividad diurética es de aproximadamente 2 horas. La actividad diurética alcanza un máximo a las 4 horas y se mantiene durante 6 a 12 horas. Por encima de una determinada dosis, los diuréticos tiazídicos alcanzan una meseta en cuanto a efecto terapéutico, mientras que las reacciones adversas se multiplican. El tiempo hasta que se produce la aparición de la actividad hipotensora es de aproximadamente 3-4 días.

CONTRAINDICACIONES: Pacientes con reconocida hipersensibilidad al amlodipino, hidroclorotiazida o compuestos relacionados. Hipotensión severa y anuria.

REACCIONES ADVERSAS:

Amlodipino:

Se ordenan las frecuencias estimadas para reacciones adversas de acuerdo con el siguiente criterio: Muy frecuentes (≥ 1/10), frecuentes (≥1/100, <1/10), poco frecuentes (≥1/1.000, <1/100); raras (≥1/10.000, <1/1.000); muy rara (≥1/10.000), frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles).

Muy frecuentes: Edema.

Frecuentes: Somnolencia, mareos, cefalea (especialmente al inicio del tratamiento), alteraciones visuales (incluyendo diplopía), palpitaciones, rubor, disnea, dolor abdominal, náuseas, dispepsia, alteración de los hábitos intestinales (incluyendo diarrea y estreñimiento), hinchazón de los tobillos, calambres musculares, fatiga, astenia.

Poco frecuentes: Insomnio, cambios de humor (incluyendo ansiedad), depresión, temblor, disgeusia, sincope, hipoestesia, parestesia, tinnitus, arritmia (incluyendo bradicardia, taquicardia ventricular y fibrilación auricular), hipotensión, tos, rinitis, vómitos, boca seca, alopecia, purpura, decoloración de piel, hiperhidrosis, prurito, erupción, exantema, urticaria, artralgia, mialgia, dolor de espalda, trastornos de la micción, nocturia, aumento de la frecuencia urinaria, impotencia, ginecomastia, dolor en el pecho, dolor, malestar, aumento de peso, pérdida de peso.

Raras: Confusión.

Muy raras: Leucocitopenia, trombocitopenia, reacciones alérgicas, hiperglucemia, hipertonía, neuropatía periférica, infarto de miocardio, vasculitis, pancreatitis, gastritis, hiperplasia gingival, hepatitis, ictericia, aumento de las enzimas hepáticas (en su mayoría consistentes en colestasis), angioedema, eritema multiforme, urticaria, dermatitis exfoliativa, síndrome Stevens-Johnson, edema de Quincke, fotosensibilidad,

Frecuencia no conocida: Trastorno extrapiramidal.

Hidroclorotiazida:

Muy frecuentes: Principalmente a dosis mayores, hipopotasemia, aumento de los lípidos en sangre.

Frecuentes: Hiponatremia, hipomagnesemia, hiperuricemia, urticaria y otras formas de erupción, disminución del apetito, náuseas leves, vómitos, hipotensión ortostática que puede agravarse por alcohol, anestésicos o sedantes, impotencia.

Raras: Trombocitopenia a veces con púrpura, hipercalcemia, hiperglucemia, glucosuria, empeoramiento del estado diabético metabólico, cefalea, mareo, trastornos del sueño, depresión, parestesia, insuficiencia visual especialmente en las primeras semanas del tratamiento, reacción de fotosensibilidad, malestar abdominal, estreñimiento, diarrea, colestasis o ictericia, arritmias.

Muy raras: Leucopenia, agranulocitosis, insuficiencia de la médula ósea, anemia hemolítica, reacciones de hipersensibilidad, distrés respiratorio incluyendo neumonitis y edema pulmonar, alcalosis hipoclorémica, vasculitis necrotizante, necrólisis epidérmica tóxica, reacciones del tipo lupus eritematoso cutáneo, reactivación de lupus eritematoso cutáneo, pancreatitis.

Frecuencia no conocida: Fallo renal agudo, trastorno renal, anemia aplásica, eritema multiforme, pirexia, espasmos musculares, astenia, glaucoma de ángulo cerrado.

INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS:

Amlodipino:

Efectos de otros medicamentos sobre amlodipino:

Inhibidores de CYP3A4: El uso concomitante de amlodipino con inhibidores potentes o moderados de CYP3A4 (inhibidores de la proteasa, antifúngicos azoles, macrólidos como eritromicina o claritromicina, verapamilo o diltiazem) pueden dar lugar a un aumento significativo en la exposición de amlodipino resultando en un aumento del riesgo de hipotensión. La traducción clínica de estas variaciones de la farmacocinética puede ser más pronunciada en ancianos. Por lo tanto, puede ser necesario un seguimiento clínico y un ajuste de la dosis. La claritromicina es un inhibidor de CYP3A4. Existe un mayor riesgo de hipotensión en pacientes que reciben claritromicina junto con amlodipino. Se recomienda supervisar estrechamente a los pacientes cuando se administra amlodipino de forma conjunta con claritromicina.

Inductores de CYP3A4: No hay información disponible sobre el efecto de los inductores de CYP3A4 sobre amlodipino. El uso concomitante de inductores de CYP3A4 (por ejemplo, rifampicina, Hypericum perforatum) puede conducir a la reducción de la concentración plasmática de amlodipino. Amlodipino se debe utilizar con precaución junto a inductores de CYP3A4.

Toronja o jugo de toronja: No se recomienda la administración de amlodipino con toronja o jugo de toronja, ya que puede aumentarse la biodisponibilidad en algunos pacientes, resultando en un aumento de los efectos reductores de la presión arterial.

Dantroleno (infusión): En animales, se observó fibrilación ventricular letal y colapso cardiovascular en asociación con hipercalemia tras la administración de verapamilo y dantroleno intravenoso. Debido al riesgo de hipercalemia, se recomienda evitar la coadministración de bloqueantes de los canales de calcio como amlodipino en pacientes susceptibles de hipertermia maligna y en el tratamiento de la hipertermia maligna.

Efectos de amlodipino sobre otros medicamentos:

Antihipertensivos: El efecto hipotensor de amlodipino se suma a los efectos de disminución de la presión arterial de otros medicamentos con propiedades antihipertensivas.

Tacrolimus: Existe el riesgo de presentar niveles sanguíneos elevados de tacrolimus cuando este se administra de forma conjunta con amlodipino. Para evitar la toxicidad del tacrolimus, la administración de amlodipino a un paciente tratado con tacrolimus requiere la monitorización de los niveles sanguíneos de tacrolimus y un ajuste de la dosis de tacrolimus cuando proceda.

Ciclosporina: No se han realizado estudios de interacción farmacológica entre ciclosporina y amlodipino en voluntarios sanos ni en otras poblaciones con la excepción de pacientes sometidos a trasplante renal, donde se observaron aumentos variables de las concentraciones de ciclosporina (media 0%-40%). Deberá considerarse el seguimiento de los niveles de ciclosporina en pacientes sometidos a trasplante renal en tratamiento con amlodipino y deberá reducirse la dosis de ciclosporina cuando sea necesario.

Simvastatina: La co-administración de múltiples dosis de 10 mg de amlodipino con 80 mg de simvastatina, produjo un aumento del 77% en la exposición de simvastatina en comparación con simvastatina sola. La dosis límite de simvastatina en pacientes en tratamiento con amlodipino es 20 mg diarios.

Atorvastatina, digoxina o warfarina: En estudios de interacción clínica, amlodipino no afectó las propiedades farmacocinéticas de estos fármacos.

Hidroclorotiazida: La administración concomitante de los siguientes medicamentos puede interaccionar con hidroclorotiazida.

Litio: Debido a que los diuréticos aumentan los niveles de litio en sangre, éstos se deben monitorizar en pacientes en tratamiento con litio que estén tomando hidroclorotiazida al mismo tiempo. Cuando el litio induce poliuria los diuréticos pueden ejercer un efecto antidiurético paradójico.

Otros medicamentos antihipertensivos: Las tiazidas potencian la acción antihipertensiva de otros medicamentos antihipertensivos (p. ej.: Guanetidina, metildopa, betabloqueantes, vasodilatadores, bloqueantes de los canales de calcio, inhibidores ECA, BRA 2 y DRIs).

Relajantes musculoesqueléticos: Las tiazidas, incluyendo hidroclorotiazida, potencian la acción de los relajantes de músculo esquelético tales como derivados de curares.

Medicamentos que afectan los niveles de potasio: El efecto hipocalémico de los diuréticos puede aumentar por la administración concomitante de diuréticos caliuréticos, corticosteroides, ACTH, amfotericina, carbenoxolona, penicilina G, derivados del ácido salicílico o antiarrítmicos.

Medicamentos que afectan a los niveles de sodio: El efecto hiponatrémico de los diuréticos se puede ver intensificado por la administración concomitante de medicamentos tales como antidepresivos, antipsicóticos, antiepilépticos, etc. Se recomienda precaución en administración a largo plazo de estos medicamentos.

Agentes antidiabéticos: Puede ser necesario ajustar la dosis de insulina y de los agentes antidiabéticos.

Glucósidos digitálicos: La hipopotasemia o hipomagnesemia inducida por tiazidas posiblemente se producen como efecto no deseado y pueden favorecer la aparición de arritmias cardiacas inducidas por digital. La coadministración con digoxina no altera ni los niveles séricos ni el aclaramiento de la digoxina.

AINEs y agentes selectivos de la Cox-2: La administración concomitante de AINES (por ejemplo, derivados del ácido salicílico, indometacina) pueden debilitar la actividad antihipertensiva y diurética de hidroclorotiazida. La hipovolemia concurrente puede inducir a un fallo renal agudo.

Alopurinol: La coadministración de tiazidas diuréticas (incluyendo hidroclorotiazida) pueden aumentar la incidencia de reacciones de hipersensibilidad a alopurinol.

Amantadina: La coadministración de diuréticos tiazídicos (incluyendo hidroclorotiazida) pueden aumentar el riesgo de efectos adversos producidos por amantadina.

Agentes antineoplásicos (p. ej. ciclofosfamida, metotrexato): El uso concomitante de diuréticos tiazídicos puede reducir la excreción renal de agentes citotóxicos y aumentar los efectos mielosupresores.

Agentes anticolinérgicos: La biodisponibilidad de los diuréticos tiazídicos puede aumentar con los agentes anticolinérgicos (por ejemplo, atropina, biperideno), aparentemente debido a una disminución de la motilidad gastrointestinal. A la inversa, los medicamentos procinéticos tales como cisaprida pueden disminuir la biodisponibilidad de diuréticos tiazídicos.

Resinas de intercambio iónico: La absorción de los diuréticos tiazídicos, incluyendo hidroclorotiazida, se ve disminuida por colestiramina y colestipol. Sin embargo, el escalonamiento de la dosis de hidroclorotiazida y de resina de tal manera que hidroclorotiazida se administra al menos 4 h antes o 4 a 6 horas después de la administración de resinas podría potencialmente minimizar la interacción.

Vitamina D: El uso concomitante de diuréticos tiazídicos puede disminuir la excreción urinaria de calcio, y la coadministración de vitamina D puede potenciar el aumento de calcio en sangre.

Medicamentos que contengan calcio: Pueden incrementar los niveles séricos de este ion por disminución de la excreción.

Ciclosporina: El tratamiento concomitante con diuréticos puede aumentar el riesgo de hiperuricemia y complicaciones del tipo de la gota.

Sales de calcio: El uso concomitante de diuréticos del tipo de las tiazidas puede conducir a hipercalcemia por aumento de la reabsorción de calcio tubular.

Diazóxido: Los diuréticos tiazídicos pueden aumentar el efecto hiperglucémico de diazóxido.

Metildopa: En la literatura se han notificado casos de aparición de anemia hemolítica con el uso concomitante de hidroclorotiazida y metildopa.

Alcohol, barbitúricos o narcóticos: La administración concomitante de diuréticos tiazídicos con alcohol, barbitúricos o narcóticos puede potenciar la hipotensión ortostática.

Aminas presoras: La hidroclorotiazida puede reducir la respuesta a las aminas presoras tales como noradrenalina, pero el significado clínico de este efecto no es suficiente para impedir su uso.

Warfarina: La administración concomitante con warfarina no ha producido efectos sobre el tiempo de protrombina.

Alcohol, barbitúricos o narcóticos: Pueden potencializarse los efectos hipotensores de la hidroclorotiazida.

Insulina o antidiabéticos orales: La hidroclorotiazida puede incrementar los niveles sanguíneos de glucosa; los pacientes en tratamiento con insulina o antidiabéticos orales pueden requerir ajuste de las dosis.

PRECAUCIONES:

Amlodipino: No se ha establecido la seguridad y eficacia de amlodipino en las crisis hipertensivas.

Insuficiencia cardiaca: Los pacientes con insuficiencia cardiaca se deben tratar con precaución. En un estudio a largo plazo, controlado con placebo en pacientes con insuficiencia cardiaca grave (clases III y IV de la NYHA) la incidencia de edema pulmonar fue superior en el grupo tratado con amlodipino comparado con el grupo placebo. Los bloqueantes de los canales de calcio, incluido el amlodipino, deben usarse con precaución en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva, ya que pueden aumentar el riesgo de futuros eventos cardiovasculares y mortalidad.

Insuficiencia hepática: La semivida de amlodipino se prolonga y los valores de AUC son mayores en pacientes con insuficiencia hepática; no se han establecido recomendaciones de dosificación. Por tanto, el tratamiento con amlodipino debe iniciarse con la menor dosis del rango de dosificación y se debe administrar con precaución tanto en el tratamiento inicial como al aumentar la dosis. Puede ser necesario un ajuste lento de la dosis y un cuidadoso seguimiento en pacientes con insuficiencia hepática grave.

Pacientes de edad avanzada: En pacientes de edad avanzada, se aconseja precaución cuando se aumenta la dosis.

Insuficiencia renal: Amlodipino puede utilizarse a dosis normales en estos pacientes. Los cambios en las concentraciones plasmáticas de amlodipino no se correlacionan con el grado de insuficiencia renal. Amlodipino no es dializable.

Embarazo: No se ha establecido la seguridad de amlodipino en el embarazo.

Se ha observado toxicidad reproductiva a altas dosis en estudios animales. El uso en el embarazo sólo se recomienda cuando no hay otra alternativa más segura y cuando la propia enfermedad tiene mayor riesgo para la madre y el feto.

Lactancia: No se sabe si amlodipino se excreta en la leche materna. La decisión sobre si continuar o interrumpir la lactancia o continuar o interrumpir el tratamiento con amlodipino debe ser tomada teniendo en cuenta el beneficio de la lactancia para el niño y el beneficio del tratamiento con amlodipino para la madre.

Hidroclorotiazida:

Insuficiencia renal: Utilizar con precaución en enfermedad renal grave (IFG < 30 ml/min). Los diuréticos tiazídicos producir azoemia en pacientes con enfermedad renal crónica. Estos son ineficaces en monoterapia en enfermedad renal grave (IFG<30 ml/min) pero pueden ser útiles cuando se utilizan con la debida precaución en combinación con diuréticos del asa incluso en pacientes con IFG <30 ml/min.

Insuficiencia hepática: No es necesario ajustar la dosis inicial en pacientes con insuficiencia hepática de leve a moderada Las tiazidas, como otros diuréticos, pueden producir un desequilibrio electrolítico, encefalopatía hepática y síndrome hepato-renal, cuando se utiliza para tratar ascitis cirrótica. Hidroclorotiazida se debe utilizar con precaución particular en pacientes con insuficiencia hepática grave.

Electrolitos: Los diuréticos tiazídicos pueden producir un nuevo inicio de hipopotasemia o exacerbar la hipopotasemia preexistente. Los diuréticos tiazídicos se deben administrar con precaución en pacientes en condiciones que implican un aumento de la pérdida de potasio, por ejemplo, nefropatías con pérdida de sal e insuficiencia prerenal (cardiogénica) de la función renal. Se recomienda corregir la hipopotasemia y la hipomagnesemia coexistente antes de comenzar con las tiazidas. Las concentraciones en sangre de potasio y magnesio se deben controlar periódicamente. En todos los pacientes que reciben diuréticos tiazídicos se debe controlar el desequilibrio electrolítico, particularmente el de potasio.

Como con todos los diuréticos tiazídicos, la kaliuresis inducida por hidroclorotiazida es dosis dependiente. Para el tratamiento crónico, las concentraciones de potasio en sangre se deben comprobar inicialmente y luego tras 3 a 4 semanas. Por tanto, si el equilibrio de potasio no está alterado por factores adicionales (por ejemplo, vómitos, diarrea, cambio en la función renal, etc.), las pruebas se deben realizar periódicamente. Se debe valorar la co-administración de una sal potásica oral (por ejemplo, KCI) puede considerarse en pacientes que reciben digital, en pacientes que muestran síntomas de enfermedad coronaria cardiaca, excepto si están recibiendo algún inhibidor ECA, en pacientes con altas dosis de un agonista β-adrenérgico, y en todos los casos en los que las concentraciones de potasio plasmático son < 3,0 mmol/L. Si las preparaciones orales de potasio no se toleran, hidroclorotiazida se puede combinar con un diurético ahorrador de potasio.

En todos los casos de tratamiento combinado, el mantenimiento o normalización del balance de potasio se debe controlar estrechamente. Si la hipopotasemia se ve acompañada por signos clínicos (por ejemplo, debilidad muscular, paresia o alteración del ECG), se debe interrumpir el tratamiento con hidroclorotiazida. El tratamiento combinado consistente en hidroclorotiazida y una sal de potasio o un diurético ahorrador de potasio debe evitarse en pacientes que estén recibiendo inhibidores ECA, BRA 2 o DRIs. Los diuréticos tiazídicos pueden producir una nueva aparición de hiponatremia o exacerbar la hiponatremia preexistente. En pacientes con depleción grave de sodio y/o pacientes con depleción de volumen, tales como aquellos que reciben altas dosis de diuréticos, se puede producir hipotensión sintomática en casos raros tras el inicio del tratamiento con hidroclorotiazida. Se ha observado en casos aislados hiponatremia, acompañada por síntomas neurológicos (náuseas, desorientación progresiva, apatía). Los diuréticos tiazídicos solo se deben utilizar tras la corrección de cualquier depleción preexistente del volumen o de sodio. De otra manera, el tratamiento debe empezar bajo estricta supervisión médica. Se recomienda un control regular de las concentraciones de sodio en sangre.

La monitorización de los electrolitos en sangre está indicada particularmente en pacientes de edad avanzada, en pacientes con ascitis debido a cirrosis hepática, y en pacientes con edema debido a síndrome nefrótico. En esta última condición, solo se debe utilizar hidroclorotiazida bajo estrecha supervisión en pacientes normocaliémicos sin síntomas de depleción de volumen o hipoalbuminemia grave. Como otros diuréticos, hidroclorotiazida puede aumentar los niveles de ácido úrico en sangre debido a una disminución del aclaramiento de ácido úrico y puede producir un aumento de hiperuricemia y producir gota en pacientes susceptibles.

Efectos metabólicos: Las tiazidas, incluyendo hidroclorotiazida, pueden alterar la tolerancia a la glucosa y aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Las tiazidas disminuyen la excreción de calcio en orina y pueden producir un leve aumento de la concentración de calcio en ausencia de trastornos del metabolismo del calcio conocidos. Ya que hidroclorotiazida puede aumentar los niveles de calcio en sangre, debe utilizarse con precaución en pacientes con hipercalcemia. Una hipercalcemia marcada sin respuesta a la retirada de tiazidas o ≥12 mg/dl puede ser evidencia de un proceso subyacente de hipercalcemia independiente de tiazidas. Cambios patológicos en la glándula paratiroidea de los pacientes con hipercalcemia e hipofosfatemia se han observado en algunos pacientes en tratamiento con tiazidas prolongada. Si se produce hipercalcemia, es necesaria una clarificación adicional del diagnóstico.

Miopía aguda y glaucoma secundario de ángulo cerrado: La hidroclorotiazida, una sulfonamida, se ha asociado a una reacción idiosincrática resultando en miopía transitoria aguda y glaucoma agudo de ángulo cerrado. Los síntomas incluyen la aparición aguda de una agudeza visual disminuida o dolor ocular y ocurre normalmente entre unas horas hasta unas semanas después del comienzo del tratamiento. El glaucoma agudo de ángulo cerrado puede no tratado puede conducir a una pérdida de visión permanente. El tratamiento inicial es interrumpir el uso de hidroclorotiazida lo antes posible. Se debe considerar el tratamiento médico o quirúrgico inmediato si la presión intraocular permanece descontrolada. Entre los factores de riesgo para desarrollar glaucoma agudo de ángulo cerrado se incluyen antecedentes de alergias a sulfonamidas o penicilina.

Otros: El efecto antihipertensivo de los inhibidores ECA, BRA 2 o DRIs está potenciado por agentes que aumentan la actividad de la renina plasmática (diuréticos). Debe tener precaución cuando un inhibidor ECA (ARB o DRI) se añade a hidroclorotiazida particularmente en pacientes con depleción grave de sodio o depleción de volumen. Durante el tratamiento con tiazidas, se puede activar el lupus eritematoso. Las reacciones de hipersensibilidad son más frecuentes en pacientes con alergias y asma.

DOSIFICACIÓN: Vía oral; la dosis debe ser establecida en forma individual según la respuesta clínica: La dosis inicial del amlodipino es de 5 mg una vez al día, puede aumentarse hasta 10 mg una vez al día. La dosis usual de hidroclorotiazida administrada al mismo tiempo con otros antihipertensivos es de 12,5 a 25 mg una vez al día. Se recomienda iniciar con 1 tableta de AMDIPIN H® 5 mg una vez al día; de acuerdo con la respuesta terapéutica esta dosis puede incrementarse a 10 mg de amlodipino con 25 mg de hidroclorotiazida. Dosis máxima diaria de amlodipino 10 mg. Pacientes ancianos o con insuficiencia hepática, dosis inicial 2,5 mg de amlodipino una vez al día.

DESCRIPCIÓN: AMDIPIN H® combina dos reconocidos agentes antihipertensivos: Amlodipino besilato, inhibidor de los canales lentos del calcio con acción vasodilatadora periférica, e hidroclorotiazida, diurético tiazídico antihipertensor.

PRESENTACIONES: AMDIPIN H® 5/12.5, cajas por 10 y 30 tabletas. CÓDIGO MIPRES 3970 (Reg. San. No. INVIMA 2019 M-13527-R2).

AMDIPIN H® 10/ 25, caja por 10 y 30 tabletas, CÓDIGO MIPRES 3962 (Reg. San. No. INVIMA 2019 M-13514-R2).

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