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SUERO MIXTO 5% BONIN Solución
Marca

SUERO MIXTO 5% BONIN

Sustancias

CLORURO DE SODIO, DEXTROSA

Forma Farmacéutica y Formulación

Solución

Presentación

Frasco de plástico, 500 ml,

Frasco de plástico, 1000 ml,

FÓRMULA:

Cada 100 mL de SOLUCIÓN contiene:

Dextrosa monohidratada

5 grs

Cloruro de sodio

0.9 g

Proporciona en mEq/L:

Sodio

154

Cloruro

154

Osmolaridad: 586 mOsm/L.

Aporte calórico glucídico: 200 Kcal/L.

El pH oscila entre 3 y 6.5

INDICACIONES:

Deshidratación: Estados de deshidratación con pérdidas moderadas de electrolitos: vómitos, diarreas, fístulas, sudoración excesiva, poliuria.

Desequilibrio electrolítico: En casos de necesitar la administración de agua, hidratos de carbono y electrolitos.

Alteraciones del metabolismo hidrocarbonado: Vómitos acetonémicos, coma insulínico.

PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS: La solución de glucosa 5% y cloruro de sodio 0,9% es una solución hipertónica.

FARMACODINAMIA: Las propiedades farmacodinámicas corresponden a las de sus componentes (glucosa, sodio y cloruro). Los iones tales como el sodio, circulan a través de la membrana celular, utilizando varios mecanismos de transporte. El sodio juega un papel muy importante en la neurotransmisión y electrofisiología cardiaca y metabolismo renal. El cloruro es un anión extracelular, principalmente. El cloruro intracelular está presente en hematíes y mucosa gástrica en elevada concentración. La reabsorción de cloruros sigue a la reabsorción de sodio. La glucosa es la principal fuente de energía en el metabolismo celular

Indicada cuando hay depleción combinada de agua y sodio. Una mezcla isotónica a 1:1 de cloruro sódico y glucosa al 5% permite que una parte del agua (libre de sodio) entre en las células del cuerpo que sufren más de la deshidratación, mientras que la sal sódica con un volumen de agua determinado por el Na+ plasmático normal permanece extracelular. La depleción combinada de sodio, potasio, cloruro y agua se puede producir, por ejemplo, en caso de diarrea grave o vómitos persistentes.

FARMACOCINÉTICA: Las propiedades farmacocinéticas de esta solución son las de sus componentes (glucosa, sodio y cloruro).

Sodio:

Absorción: Por vía subcutánea el cloruro de sodio es bien absorbido, pero dicha absorción no es muy rápida, de manera que para evitar la distensión, dolor y necrosis por compresión vascular, la administración debe ser lenta, en la vía IV no hay absorción.

Distribución: El cloruro y el sodio se distribuyen especialmente en el líquido extracelular. Los órganos más ricos en sodio son los músculos y la piel (de mayor importancia la piel).

Excreción: El ión sodio se excreta especialmente por el riñón (un 95%) y el resto en las heces y la piel (sudor); la excreción renal varía, desde luego, con la cantidad administrada. Pequeñas cantidades de sodio se pierden en las heces y el sudor.

Glucosa:

Absorción: Por vía subcutánea es bien absorbida (por difusión), pero la misma no ha de emplearse sola; porque la glucosa es irritante aún en solución isotónica; inyectada en el tejido subcutáneo, como no contiene electrolitos, estos (en especial el sodio) pasan desde el líquido intersticial de manera que antes de absorberse la solución inyectada priva al líquido extracelular de dichos electrolitos. No conviene usar esta vía, a menos que se le agregue cloruro de sodio a la glucosa.

Destino y excreción: La glucosa una vez absorbida es almacenada como glucógeno en el hígado y los músculos, es oxidada en los tejidos a dióxido de carbono y agua, es convertida en grasa y almacenada en los depósitos grasos. Las dos vías metabólicas principales de la glucosa son la gluconeogénesis (almacenamiento de energía) y glucogenólisis (liberación de energía). El metabolismo de la glucosa se regula por la insulina. Se ha visto que cuando la glucemia alcanza alrededor de 170 mg/100 mL. parte de la glucosa se excreta por el riñón, lo que raras veces sucede cuando se usa la vía bucal y las soluciones isotónicas por vía intravenosa (salvo si existe diabetes no controlada).

CONTRAINDICACIONES:

La solución está contraindicada en pacientes con:

Hiperhidratación extracelular o hipervolemia.

Retención de líquidos y sodio.

Insuficiencia renal grave (con oliguria/anuria).

Insuficiencia cardíaca no compensada.

Hipernatremia.

Hipercloremia.

Edema general o cirrosis ascítica.

La solución está también contraindicada en caso de diabetes descompensada, otras intolerancias conocidas a la glucosa (como situaciones de estrés metabólico), coma hiperosmolar, hiperglucemia e hiperlacticidemia.

La perfusión de soluciones de glucosa está contraindicada en las primeras 24 horas después de traumatismo craneal.

ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES: Para administración parenteral exclusiva. No debe administrarse si la solución no se encuentra perfectamente transparente.

La perfusión de grandes volúmenes se debe hacer bajo monitorización específica en pacientes con deficiencia cardiaca, pulmonar o renal. Las sales de sodio deben administrarse con precaución a pacientes con hipertensión, fallo cardiaco, edema periférico o pulmonar, disfunción renal, preeclampsia u otras condiciones asociadas con la retención de sodio. Debido a una función renal inmadura, prematuros y lactantes a término pueden retener un exceso de sodio. Por lo tanto, en prematuros y lactantes a término, las perfusiones repetidas de cloruro de sodio sólo se deben dar después de la determinación de los niveles de sodio séricos. Debe usarse con precaución en pacientes con descompensación cardiovascular o que reciben tratamiento con corticosteroides o corticotropina.

La concentración de glucosa en sangre debe ser monitorizada cuidadosamente durante episodios de hipertensión intracraneal. La administración de soluciones de glucosa puede producir hiperglucemia. En este caso, se recomienda no utilizar esta solución después de ataques isquémicos agudos ya que la hiperglucemia se ha relaciónado con un incremento en el daño isquémico cerebral y dificultad en la recuperación. Cuando se corrige la hipovolemia, debe tenerse precaución para no exceder la capacidad de oxidación de glucosa del paciente con objeto de evitar hiperglucemia.

Por lo tanto, no debe excederse la velocidad máxima de administración indicada en la sección de posología. Si se produce hiperglucemia, la velocidad de perfusión se deberá ajustar o administrar insulina. Si se administra a diabéticos o pacientes con insuficiencia renal, es necesario un control cuidadoso de los niveles de glucosa y los requerimientos de insulina y/o potasio pueden verse modificados. En tratamientos prolongados, se debe proporcionar al paciente un tratamiento nutritivo adecuado. En caso de administración prolongada, se debe evitar la hipocaliemia controlando los niveles de potasio plasmáticos y administrando un suplemento de potasio.

Incompatibilidades: Antes de añadir cualquier medicamento se debe comprobar la incompatibilidad. Debe considerarse que el pH de la solución glucosalina es ácido, comprendido entre 3.5 y 6.5, por lo que es incompatible con medicamentos inestables a este pH (Ej. mitomicina).

Asimismo algunos medicamentos no son compatibles con soluciones conteniendo glucosa (Ej., amoxicilina /acido clavulánico) y cloruros (ej. amsacrina).

No es una lista exhaustiva

Ampicilina sódica,

Mitomicina, Anfotericina B y

Eritromicina lactobiónato

Se recomienda consultar las tablas de compatibilidades antes de adicionar medicamentos. Por contener glucosa la SOLUCIÓN MIXTO 5% BONIN, no se debe administrar con sangre entera a través del mismo equipo de perfusión, debido a la posibilidad de hemólisis y aglutinación.

Embarazo y lactancia: Aunque no cabe esperar reacciones adversas de la glucosa en el embarazo o en la salud del feto o del recién nacido, siempre que la administración sea correcta y controlada, la perfusión de grandes cantidades de solución en el momento del parto, puede conllevar hiperglucemia, hiperinsulinemia y acidosis fetal, y puede ser perjudicial para el recién nacido. Hasta el momento, no se disponen de otros datos epidemiológicos relevantes, por lo que se debe utilizar con precaución durante el embarazo.

Por otra parte, no existen evidencias que hagan pensar que la solución pueda provocar efectos adversos durante el período de lactancia en el neonato. No obstante se recomienda utilizar con precaución durante la lactancia.

REACCIONES ADVERSAS:

Las siguientes reacciones adversas se han comunicado como muy frecuentes (≥10%) durante la administración de esta solución:

Hiperhidratación (asociada o no con poliuria) y fallo cardíaco en pacientes con fallo cardíaco o edema pulmonar.

Alteraciones electrolíticas asintomáticas.

Se pueden producir reacciones adversas asociadas con la técnica de administración, incluyendo fiebre, infección en el lugar de la inyección, reacción o dolor local, irritación venosa, trombosis venosa o flebitis extendiéndose desde el lugar de inyección, extravasación e hipervolemia. Las reacciones adversas pueden estar asociadas a los medicamentos añadidos a la solución, la naturaleza del medicamento añadido determinará la posibilidad de cualquier otro efecto indeseable.

INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRAS FORMAS: Las soluciones conteniendo glucosa pueden reducir la eficacia terapéutica de la insulina o antidiabéticos orales (biguanidas, sulfonilureas). La administración junto con corticoides puede dar lugar a niveles altos de glucosa (acción hiperglucemiante) y retención de agua y sodio. Si la administración de glucosa coincide con un tratamiento con glucósidos digitálicos (digoxina) se puede producir un aumento de la actividad digitálica existiendo el riesgo de desarrollar intoxicaciones por estos medicamentos debido a la hipopotasemia que puede provocar la administración de esta solución si no se añade potasio.

El cloruro de sodio presenta interacción con las sales de litio cuya excreción renal es directamente proporcional a los niveles de sodio en el organismo. De esta manera la administración de soluciones que contengan cloruro de sodio puede acelerar la excreción renal del litio, dando lugar a una disminución de la acción terapéutica de este. Las soluciones con glucosa no deben administrarse a través del mismo equipo de perfusión que la sangre entera, por el riesgo de que se produzca hemólisis y aglutinación.

VÍA DE ADMINISTRACIÓN Y DOSIS: La administración se realiza por vía intravenosa.

La dosificación y velocidad de administración dependen de la edad, peso, estado clínico y biológico (equilibrio ácido-base) del paciente (particularmente del estado de hidratación del paciente) así como de la terapia concomitante. Estas deben ser determinadas por el médico.

Dosificación recomendada:

Para adultos, ancianos y adolescentes: 500 ml a 3 litros cada 24 horas.

Para lactantes y niños:

De 0 a 10 kg de peso corporal: 100 ml/kg/24 h.

De 10 a 20 kg de peso corporal: 1000 ml + 50 ml/kg por encima de 10 kg/24 h.

20 kg de peso corporal: 1500 ml + 20 ml/kg por encima de 20 kg/24 h.

Velocidad de administración: La velocidad de perfusión es normalmente de 40 ml/kg/24 h en adultos, ancianos y adolescentes.

En pacientes pediátricos la velocidad de perfusión es de 5 ml/kg/h de media, pero este valor varía con la edad: 6-8 ml/kg/h para niños menores de 12 meses, 4-6 ml/kg/h para niños de 12-23 meses y 2-4 ml/kg/h para niños en edad escolar (2-11 años). La velocidad de perfusión no deberá exceder la capacidad de oxidación de glucosa del paciente con objeto de evitar hiperglucemia. Por lo tanto, la dosis máxima oscila desde 5 mg/kg/min, para adultos a 10-18 mg/kg/min. para lactantes y niños dependiendo de la edad y la masa total corporal. Se debe controlar el equilibrio de fluidos y las concentraciones plasmáticas de glucosa y electrolitos (especialmente sodio) durante la administración.

SOBREDOSIS: Una perfusión rápida o un volumen excesivo pueden producir hiperglucemia, por lo que debe vigilarse especialmente en los casos graves de diabetes mellitus, pudiendo evitarse disminuyendo la dosis y la velocidad de perfusión o bien administrando insulina. El abuso o una administración demasiado rápida pueden dar lugar a un exceso de agua y sodio (hipernatremia) con riesgo de edema, particularmente cuando hay una excreción renal defectuosa de sodio. En este caso puede ser necesaria una diálisis renal extra. Raramente se produce hipernatremia después de dosis terapéuticas de cloruro de sodio.

El efecto más serio de la hipernatremia es la deshidratación del cerebro lo que causa somnolencia y confusión que progresa a convulsiones, coma, insuficiencia respiratoria y muerte. Otro síntomas incluyen sed, salivación y lagrimeo reducidos, fiebre, taquicardia, hipertensión, dolor de cabeza, vértigo, cansancio, irritabilidad y debilidad. La administración excesiva de sales de cloruros puede producir una pérdida de bicarbonato con efecto acidificante.

La administración prolongada o rápida de grandes volúmenes de soluciones conteniendo glucosa puede dar lugar a hiperosmolaridad, deshidratación, hiperglucemia, hiperglucosuria, y diuresis osmótica (debido a la hiperglucemia). En caso de sobredosificación accidental, se debe interrumpir el tratamiento y observar los síntomas y signos del paciente relaciónados con la solución y/o el medicamento añadido administrado. Si es necesario, se deben tomar las medidas sintomáticas y de soporte adecuadas. Insulina.

PRESENTACIONES: Frascos plástico de 500 y 1000 mL.

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