MORFAN
MORFINA
Cápsulas
1 Caja,30 mg,
Caja, 30 Cápsulas, 30 Miligramos
FORMA FARMACÉUTICA Y FORMULACIÓN: Cada CÁPSULA contiene: Sulfato de morfina 30 mg.
INDICACIONES TERAPÉUTICAS: La indicación más importante de la morfina es el control del dolor agudo y crónico que no cede a analgésicos no narcóticos, en pacientes con enfermedad terminal.
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA EN HUMANOS: Aunque no se han realizado estudios experimentales tendientes a dilucidar el sitio de acción analgésica de la morfina, se acepta que se realiza deprimiendo el complejo tálamo óptico lóbulo prefrontal, que constituye el centro de la percepción dolorosa y de la reacción psicológica emocional acompañante.
El efecto analgésico de la morfina se ha asociado con la activación de receptores H, principalmente en sitios supraespinales y de receptores K (sobre todo a nivel de la médula espinal); asimismo, puede estar implicado en tal efecto, la activación de los receptores S, aunque no se sabe con claridad la contribución de los sitios espinales y supraespinales. La morfina es rápida, pero variablemente absorbida desde el tracto gastrointestinal.
Tras su administración oral se encuentran concentraciones plasmáticas máximas entre los 30 y 120 minutos siguientes. La biodisponibilidad oral corresponde a 30%, con límites de 10 a 50%. La morfina sufre metabolismo presistémico hepático, que resulta en un efecto de primer paso, que incluso a nivel intestinal corresponde a un 50 a 66 del efecto metabólico global.
Durante la utilización de las vías intramuscular y subcutánea para la administración de morfina, se observa una absorción rápida y completa, iniciando los efectos entre los 10 y 15 minutos; el efecto máximo se obtiene entre los 60 y 90 minutos, con una duración de 4 a 6 horas postadministración.
Una vez en la sangre, la morfina se encuentra unida a las proteínas en un 40%. El volumen de distribución aparente de la morfina es de aproximadamente 4.7 1/kg, lo cual indica que dicho fármaco se distribuye en los líquidos intra y extracelulares; además se fija a todos los tejidos y especialmente al hígado, riñón, bazo, pulmones, intestinos delgado y grueso, y músculos.
No obstante que el sitio primario de acción de la morfina es el sistema nervioso central, en el adulto sólo pequeñas cantidades atraviesan la barrera hematoencefálica.
Este fármaco atraviesa la barrera placentaria y puede intoxicar al feto. El nivel terapéutico (analgésico) plasmático de la morfina es de alrededor de 65 ng/ml, mientras que el nivel plasmático letal es de aproximadamente 500 ng/ml. La biotransformación de la morfina se lleva a cabo, principalmente, por el sistema microsomal hepático, aunque tras su administración oral, ocurre metabolismo intestinal.
La morfina sufre N desmetilación; tanto la morfina como la fracción desmetilada se conjugan con el ácido glucurónico, a nivel de los hidróxilos 3 y 6 produciendo metabolitos activos e inactivos (la morfina 6 glucorónido es más potente que la propia morfina).
La excreción de la morfina se lleva a cabo, principalmente, por filtración glomerular. Muy poca morfina se excreta intacta (menos del 8%) y el principal metabolito eliminado es la morfina -3-glucurónido. Pequeñas cantidades son excretadas por la bilis (menos del 10%), existiendo circulación enterohepática tanto de la morfina como de sus glucurónidos. Asimismo, se encuentran cantidades mínimas en el sudor, jugo gástrico y en la leche materna. El tiempo de vida media de la morfina es de aproximadamente 2 horas en el adulto joven. Dado que la morfina sufre metabolismo de primer paso, su potencia es inferior cuando se administra por vía digestiva, en comparación con las vías parenterales.
Se calcula que la potencia de la morfina por vía oral es de aproximadamente un sexto respecto a la vía parenteral y su biodisponibilidad de aproximadamente 25%.
La forma de la curva tiempo-efecto varía también con la vía de administración, de modo que la duración de la acción es algo más prolongada cuando se utiliza la vía oral.
CONTRAINDICACIONES: En pacientes con antecedentes de hipersensibilidad a la morfina. En aquellos pacientes con reserva respiratoria reducida por enfermedad pulmonar preexistente, ante la posible superposición de los efectos depresores respiratorios de la morfina.
En aquellos pacientes con presión intracraneal elevada, en los que la depresión respiratoria asociada a la morfina puede incrementar la presión intracraneal como resultado de la vasodilatación cerebral debida a la retención de bióxido de carbono.
En pacientes con cólico biliar, ya que se ha mostrado que la morfina induce espasmo del esfínter de Oddi.
En vista de que la morfina induce de manera variable la liberación de histamina, lo cual resulta en vasodilatación periférica y disminución de la presión de fin de diástole, pudiera resultar una desventaja en aquellos pacientes con enfermedad valvular aórtica o enfermedad coronaria, embarazo y lactancia.
PRECAUCIONES O RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA:
Embarazo: La morfina ha sido utilizada extensamente en el pasado para analgesia obstétrica. Indudablemente causa depresión respiratoria en el neonato, además de variabilidad en el ritmo cardiaco.
Algunos factores que influencian la severidad de esos efectos incluyen la magnitud de la dosis y el periodo de latencia entre el nacimiento y la última dosis de morfina administrada. Con respecto a los efectos cardiacos, se observan con mayor intensidad si el nacimiento ocurre entre 1 y 6 horas después de la última dosis; por lo tanto, la administración parenteral de morfina durante el parto prácticamente no se utiliza, sobre todo existiendo técnicas analgésicas más seguras.
Existe una notable incidencia de complicaciones en neonatos de madres adictas a los opiáceos, los cuales incluyen temblor, irritabilidad, fiebre, diarrea, convulsiones y vómito, asociados a dependencia. Por otro lado, la incidencia de malformaciones congénitas no es mayor a la observada en la población general.
Lactancia: Aunque la morfina puede suprimir la lactación, la cantidad que alcanza al neonato, vía la leche materna, es probablemente insuficiente para causar problemas de dependencia o producir efectos adversos.
REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS: Entre los efectos secundarios de origen central se encuentran náuseas, vómitos, mareos, sedación, depresión respiratoria, confusión y delirio, además de dependencia física y psicológica. Entre los efectos periféricos se describen constipación, cólico biliar, retención urinaria, prurito y urticaria. Otros efectos indeseables incluyen hipotensión ortostática, miosis, bradicardia, sabor amargo, sequedad de boca, hipotermia.
PRECAUCIONES Y RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS, TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD: Se ha demostrado que la morfina puede inducir defectos en el sistema nervioso central, en los productos de hámsters y ratones a los cuales se administró morfina durante la preñez.
No se ha reportado una asociación entre la administración de morfina y presentación de efectos mutagénicos, carcinogénicos o sobre la fertilidad.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO: Los inhibidores de la monoaminooxidasa potencian los efectos de la morfina, pudiendo ocasionar ansiedad, confusión y depresión respiratoria.
Las fenotiacinas, al igual que los hipnóticos, los neurolépticos y el alcohol, potencian los efectos depresores centrales de la morfina, particularmente los respiratorios.
Existe un reporte de confusión y depresión respiratoria severa en un paciente a quien se administró cimetidina y morfina simultáneamente. La morfina reduce la eficacia de los diuréticos, por la inducción de la liberación por hormona antidiurética. Los efectos depresores respiratorios de la morfina, son incrementados notablemente por el alcohol o por otros depresores del SNC.
ALTERACIONES DE PRUEBAS DE LABORATORIO: La morfina puede reaccionar con el reactivo de Folin-Ciocalteau, en el método de cuantificación proteínica de Lowry.
DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN: Oral. Como con cualquier analgésico opiáceo potente resulta crítico ajustar el esquema de dosificación individualmente. A continuación se describen esquemas de dosificación utilizadas frecuentemente. En el tratamiento del dolor crónico, particularmente en pacientes con enfermedad terminal.
Existe una amplia variabilidad en la dosis de morfina requerida por esos pacientes, debido a la naturaleza progresiva de la enfermedad terminal, asociada con un incremento en el estímulo doloroso y también a cierto grado de tolerancia del receptor.
Se puede iniciar con dosis de 10 mg cada 2 a 4 horas, y ajustar de acuerdo a la respuesta del paciente hasta 200 mg cada 2 a 4 horas.
SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA ACCIDENTAL:
Manifestaciones y manejo (antídotos): Las principales características clínicas de una sobredosis masiva incluyen depresión respiratoria que puede conducir al paro respiratorio, coma e hipotensión.
Una sobredosificación leve involucra síntomas como náuseas, vómito, temblor, miosis, disforia, hipotermia, hipotensión, confusión y sedación.
El manejo de la sobredosificación debe incluir apoyo ventilatorio y la administración de naloxona (0.4 mg) y su repetición a intervalos de 1 a 2 minutos, hasta una dosis máxima de 1.2 a 1.6 mg repitiendo la dosis cada 1 a 2 horas de acuerdo a la respuesta del paciente.
PRESENTACIÓN: MORFAN se presenta en caja de 30 cápsulas de 30 mg.
Puntos de venta: Laboratorios Cheminter y Farmacia del INCAN.
LABORATORIOS CHEMINTER, S. A.
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