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FENTEC-I Solución inyectable
Marca

FENTEC-I

Sustancias

FENITOÍNA

Forma Farmacéutica y Formulación

Solución inyectable

FORMA FARMACÉUTICA Y FORMULACIÓN:

Cada ampolleta de SOLUCIÓN INYECTABLE contiene:

Fenitoína sódica 250 mg

Vehículo, c.b.p. 5 mL.

INDICACIONES TERAPÉUTICAS: la fenitoína es un agente anticonvulsivante, relacionado estructuralmente con los barbituratos, indicada en el control de ataques generalizados tonicoclónicos y parciales (psicomotor, lóbulo temporal) y para la prevención y tratamiento de ataques ocurridos durante o posteriores a cirugía neurológica.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA: Los niveles terapéuticos antiepilépticos de la fenitoína corresponden a 10-20 µg/mL. Los efectos terapéuticos se correlacionan mejor con las concentraciones plasmáticas libres (1-2 µg/mL), en comparación con la concentración plasmática total del fármaco. La fenitoína se une en un 88 al 93% a las proteínas plasmáticas. Se distribuye de manera importante al cerebro, placenta, y saliva.

Presenta un volumen de distribución de 0.5 a 1.0 L/kg. La unión de la fenitoína con las proteínas plasmáticas puede disminuir en neonatos o en ancianos, en el embarazo tardío, hiperbilirrubinemia, disfunción hepática, síndrome nefrótico, diabetes mellitus, desnutrición, pacientes con quemaduras y otras condiciones asociadas con hipoalbuminemia.

La fenitoína es hidroxilada produciendo el metabolito inactivo 5(para hidroxifenil)-5- (fenilhidantoína) en el hígado. Existe evidencia que la fenitoína mejora su propia eliminación mediante inducción enzimática. La fenitoína es eliminada por las heces, y en pequeña cantidad (2%) por la orina. Tras su administración intravenosa, el tiempo de vida media de eliminación corresponde a 10-15 horas.

La fenitoína es un medicamento anticonvulsivante, el cual puede ser utilizado en el tratamiento de la epilepsia. El sitio primario de acción es la corteza motora, en donde se inhibe la dispersión de la actividad epiléptica.

La fenitoína tiende a estabilizar el umbral contra la hiperexcitabilidad causada por estimulación excesiva o cambios ambientales capaces de reducir el gradiente de membrana hacia el sodio, posiblemente al promover la salida de sodio de las neuronas.

La fenitoína reduce la actividad máxima de los centros del tallo cerebral, responsables de la fase tónica de los ataques tonicoclónicos (gran mal).

CONTRAINDICACIONES: la fenitoína está contraindicada en pacientes hipersensibles a la fenitoína u otras hidantoínas, en padecimientos coronarios graves y en pequeño mal epiléptico. La administración intravenosa de fenitoína también está contraindicada en casos de bradicardia sinusal, bloqueo sinoauricular y bloqueo aurículoventricular.

RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA: Se ha sugerido la asociación entre el uso de fármacos anticonvulsivos por mujeres con epilepsia y una frecuencia mayor de defectos congénitos en los hijos nacidos de estas mujeres (labio/paladar hendido y malformaciones cardiacas). la información más extensa proviene de fenitoína y del fenobarbital; sin embargo, éstos también son los fármacos anticonvulsivos prescritos más frecuentemente. Un número menor de reportes sistemáticos o anecdóticos sugieren una posible relación semejante entre el uso de todos los fármacos anticonvulsivos conocidos.

También se ha reportado su asociación con el síndrome hidantoínico fetal, el cual consiste en deficiencia del crecimiento prenatal, microcefaia y deficiencia mental en los niños nacidos de madres que han recibido fenitoína, barbitúricos, alcohol o trimetadiona; de la misma forma, existen algunos reportes aislados de cáncer, incluso neuroblastoma, en niños cuyas madres recibieron fenitoína durante el embarazo.

Se han reportado defectos neonatales de la coagulación dentro de la primeras 24 horas en bebés nacidos de madres epilépticas que reciben fenobarbital y/o fenitoína. Se ha demostrado que la vitamina K previene o corrige este defecto y se recomienda administrarla a la madre antes del alumbramiento y al neonato después del parto.

REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS: Las reacciones adversas relacionadas con el uso intravenoso de la fenitoína incluyen colapso cardiovascular y depresión del SNC. La hipotensión puede ocurrir cuando el medicamento es administrado rápidamente por la vía intravenosa. Esta no debe exceder 50 mg por minuto en adultos y de 1 a 3 mg/min en neonatos.

Se ha reportado adicionalmente reacciones de cardiotoxicidad severa con depresión de la conducción articular y ventricular, así como fibrilación ventricular. Nistagmos diplopía, vértigo, ataxia, disartria, confusión mental, mareo, insomnio, nerviosismo, calambres y cefalea, náuseas, vómito, estreñimiento, hepatitis tóxica y daño hepático, rash escarlatiforme y morbiliforme, algunas veces acompañados con fiebre, púrpura exfoliativa; lupus eritematoso; síndrome de Stevens-Johnson y necrosis tóxica epidérmica. Han sido reportadas, linfadenopatía incluyendo hiperplasia del nodo linfático, pseudolinfoma, linfoma y enfermedad de Hodgkin.


PRECAUCIONES EN RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS, TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD: Existe una alta incidencia de defectos congénitos en hijos de madres epilépticas que fueron tratadas con fármacos; sin embargo, no existe una relación definida para probar causa-efecto. Las malformaciones congénitas reportadas son: labio/paladar hendido y malformaciones cardiacas. Así como el síndrome hidantoínico fetal (deficiencia del crecimiento prenatal, microcefalia y deficiencia mental en los niños nacidos de madres que han recibido fenitoína, barbitúricos, alcohol o trimetadiona). En casos aislados se ha reportado cáncer y neuroblastoma.

Los defectos neonatales de coagulación se han presentado dentro de las primeras 24 horas en bebés nacidos de madres epilépticas que recibieron tratamiento con fenitoína y fenobarbital, mismo que puede ser prevenido si se le aplica a la madre vitamina K antes del alumbramiento y al neonato después del parto.

INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO: Un gran número de fármacos puede aumentar o disminuir los niveles plasmáticos de fenitoína. Las determinaciones de los niveles de fenitoína son especialmente útiles cuando se sospecha una interacción medicamentosa. Entre los fármacos que pueden aumentar las concentraciones de fenitoína se incluyen azapropazona, fenilbutazona, salicilatos, halotano, eritromicina, isoniazida, sulfonamidas, felbamato, succinimidas, amfotericina B, fluconazol, ketoconazol, miconazol, itraconazol, cordiacepóxido, diazepam, nifedipina, amiodarona, diltiazem, nifedipino, estrógenos, tolbutamida y fluoxetina.

Los fármacos que pueden disminuir los niveles de fenitoína plasmática incluyen antibacterianos/fluoroquinolonas (como ciprofloxacina y rifampicina), el abuso crónico de alcohol, diazóxido, reserpina, sucralfato, teofilina y vigabatrin o el hidroclorhidrato de melindrona contiene iones de calcio, los cuales interfieren con la absorción de la fenitoína.

Otros fármacos que pueden aumentar o disminuir las concentraciones de fenitoína incluyen carbamazepina, fenobarbital, valproato de sodio, ácido valproico. Clorodiazepóxido diazepam y fenotiacinas.

ALTERACIONES EN LOS RESULTADOS DE PRUEBAS DE LABORATORIO: La fenitoína puede causar disminución de las concentraciones séricas del yodo proteico (PBI). También puede producir valores inferiores a los normales en las pruebas de dexametasona o metirapona. La fenitoína puede causar elevación de las concentraciones séricas de glucosa, fosfatasa alcalina y gammaglutamil-transpeptidasa (GGT). La fenitoína puede afectar las pruebas del metabolismo del calcio sérico y el azúcar sanguíneo.

PRECAUCIONES GENERALES: El retiro abrupto de la fenitoína en pacientes epilépticos puede precipitar un status epilepticus. Cuando a juicio del clínico existe la necesidad de reducir la dosis, descontinuar o sustituir la medicación anticonvulsivante, ésta debe ser hecha en forma gradual.

La fenitoína debe ser administrada con precaución en pacientes con diabetes mellitus (ha ocurrido hiperglucemia en diabéticos), trastornos de la función renal, hepática y porfiria.

El consumo agudo de aIcohol puede aumentar los niveles de fenitoína, mientras que el consuno crónico las disminuye.

DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN: Las dosis deben ser individualizadas para proveer el máximo beneficio. En algunos casos, determinación de la fenitoína en suero puede ser necesaria a fin de ajustar las dosis óptimas. El control óptimo sin signos clínicos de toxicidad, ocurre con mayor frecuencia con niveles de fenitoína en el suero de entre 10-20 µg/mL, algunos casos de epilepsia tonicoclónica (gran mal) pueden ser controlados con niveles bajos de fenitoína en suero. A las dosis recomendadas se requiere efectuar un chequeo de los niveles de fenitoína en suero dentro de un periodo de siete a diez días.

Administración en bolo: Debe ser administrado lentamente y sin exceder de 50 mg por minuto en el adulto. Cada inyección de fenitoína intravenosa debe ser precedida por un fluido salino y seguida por una inyección de solución salina estéril a través de la misma aguja o catéter para evitar la irritación venosa debida a la alcalinidad de la solución.

Administración por infusión: Ésta debe ser diluida en 50-100 mL de solución salina normal, sin exceder de 10 mg/mL. Debe administrarse inmediatamente después de su preparación y completada al menos una hora después (la mezcla no debe ser refrigerada).

En neonatos, la dosis no debe exceder de 1-3 mg/kg/min. Esto tiene un pequeño margen de seguridad entre la dosis tóxica y el completo efecto terapéutico. En el tratamiento del status epilepticus es recomendable la ruta intravenosa, la dosis para el status epilepticus en el adulto es de 10-15 mg/kg administrada intravenosa lenta sin exceder de 50 mg por minuto (requiriendo de aproximadamente 20 minutos en un adulto de 70 kg de peso). La dosis de inicio, debe ser seguida de una dosis de mantenimiento de 100 mg en forma oral o intravenosa cada 6 a 8 horas.

La absorción de fenitoína en los neonatos y niños puede ser incierta después de su administración oral. Una dosis de inicio de 15 a 20 mg/kg de fenitoína intravenosa usualmente produce concentraciones en el suero con un rango terapéutico aceptable (10-20 mcg/mL). El medicamento debe ser administrado lentamente y no exceder de 1-3 mg/kg/min.

En el manejo del status epilepticus, es recomendable efectuar monitoreo de la concentración de fenitoína en suero, así como un monitoreo continuo de la presión sanguínea con electrocardiograma.

Neurocirugía: La dosis profiláctica es de 100-200 mg (2 a 4 mL) intramuscularmente a intervalos de 4 horas, mientras dure la cirugía y continuar durante el periodo posoperatorio. Debe ser administrada por inyección IM profunda, siendo necesaria la dosis del 50% mayor que la requerida en forma oraL, para mantener los niveles. Cuando el paciente se reintegra a la administración oral, ésta debe reducirse al 50% de la original oral durante una semana, para prevenir niveles en suero excesivos.

Arritmia cardiaca: De 3.5 a 5 mg/kg de peso corporal repetido en una ocasión si es necesario. Usualmente la dosis diaria total de 700 a 1,000 mg es suficiente. Si no existe una reacción benéfica a los niveles en plasma de 20 mg/mL niveles más elevados, no serán efectivos. La administración lenta de 30-50 mg/min es preferible.

MANIFESTACIONES Y MANEJO DE LA SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA ACCIDENTAL: La dosis letal en pacientes pediátricos es desconocida.

La dosis letal en el adulto esta estimada que puede ser de entre 2 a 5 g. Los síntomas iniciales de toxicidad son: ataxia, nistagmo y disartria.

Otros signos son tremor, hiperreflexia, somnolencia, mareo, letargia, habla incongruente, visión borrosa, náusea y vómito. El paciente puede estar comatoso y con hipotensión. La muerte es debida a depresión respiratoria y circulatoria.

Existen marcadas variaciones en relación con la cantidad de la fenitoína que pueda causar toxicidad. El nistagmo usualmente aparece con una cantidad de 20 mcg/mL, la ataxia a 30 mcg/mL.

La letargia aparece cuando las concentraciones en suero son mayores de 40 mcg/mL, pero a concentraciones más altas de 50 mcg/mL han sido reportadas con evidencia de toxicidad.

El tratamiento es inespecífico ya que no existe un antídoto conocido. Sin embargo, es recomendable la asistencia respiratoria y circulatoria, así como las medidas adecuadas de soporte. La hemodiálisis puede ser considerada ya que la fenitoína no se adhiere completamente a las proteínas del plasma.

La exanguinotransfusión ha sido usada en el tratamiento de intoxicación severa de pacientes pediátricos.

En sobredosis agudas, la posibilidad del uso de otro depresor del SNC, incluyendo el alcohol, deben estar presentes en la mente.

PRESENTACIONES:

Caja con 1 ampolleta conteniendo 250 mg 15 mL.

Caja con 5 ampolleta conteniendo 250 mg 15 mL.

RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO: Consérvese a temperatura ambiente a no más de 3 °C.

LEYENDAS DE PROTECCIÓN:

Si no se administra todo el producto, deséchese el sobrante. Su venta requiere receta médica. No se deje al alcance de los niños. Literatura exclusiva para Médicos. No se administre, si la solución no es transparente, si contiene partículas en suspensión o sedimentos.

TECNOFARMA, S. A. de C. V.

Brea núm. 198, Col. Granjas México, Deleg. Iztacalco, 08400 México, D.F.

Reg. Num. 281M2006, SSA IV