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Bandera México

COLLEPAX Tabletas
Marca

COLLEPAX

Sustancias

PAROXETINA

Forma Farmacéutica y Formulación

Tabletas

Presentación

1 Caja, 10 Tabletas, 20 Miligramos

1 Caja, 20 Tabletas, 20 Miligramos

1 Caja, 30 Tabletas, 20 Miligramos

1 Caja, 1 Frasco(s), 10 Tabletas, 20 Miligramos

1 Caja, 1 Frasco(s), 20 Tabletas, 20 Miligramos

1 Caja, 1 Frasco(s), 30 Tabletas, 20 Miligramos

1 Frasco(s), 10 Tabletas, 20 Miligramos

1 Frasco(s), 20 Tabletas, 20 Miligramos

1 Frasco(s), 30 Tabletas, 20 Miligramos

FORMA FARMACÉUTICA Y FORMULACIÓN:

Cada TABLETA contiene:

Clorhidrato de Paroxetina hemihidratado equivalente a

de paroxetina

20 mg

Excipiente, c.b.p. 1 tableta.

INDICACIONES TERAPÉUTICAS:

COLLEPAX está indicado para el manejo en adultos de patologías tales como:

Depresión:

• Tratamiento de la depresión de diversos tipos, incluyendo la depresión reactiva y grave, y la depresión acompañada por ansiedad. Seguida de una respuesta inicial satisfactoria, la continuación con la terapia de paroxetina es eficaz para la prevención de las recaídas de depresión.

Trastornos de ansiedad:

• Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo, así como la prevención de sus recaídas.

• Tratamiento del trastorno de pánico con o sin agorafobia, así como de la prevención de sus recaídas.

• Tratamiento de fobia social o trastorno de ansiedad social.

• Tratamiento de prevención del trastorno de ansiedad generalizada.

• Tratamiento del trastorno de estrés postraumático.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA:

Farmacodinamia: La paroxetina es un inhibidor potente y selectivo de la recaptación de serotonina (5-hidroxitriptamina, 5-HT) y se considera que su acción y eficacia antidepresivas en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el trastorno de pánico están relacionadas con la inhibición específica que produce de la recaptación de serotonina en las neuronas del cerebro. La paroxetina no se relaciona químicamente con los antidepresivos tricíclicos, tetracíclicos u otros antidepresivos disponibles. Los principales metabolitos de la paroxetina son productos polares y conjugados de la oxidación y la metilación, los cuales son eliminados fácilmente. En vista de su ausencia relativa de actividad farmacológica. Es sumamente improbable que contribuyan a los efectos terapéuticos de la paroxetina. En el tratamiento prolongado con paroxetina se ha demostrado que la eficacia antidepresiva se mantiene durante periodos de por lo menos un año. En un estudio controlado con placebo, la eficacia de la paroxetina en el tratamiento del trastorno de pánico se ha mantenido durante por lo menos un año.

Farmacocinética: La paroxetina es bien absorbida después de su administración oral y experimenta metabolismo de primer paso. En forma consistente con su carácter de amina lipofílica paroxetina se distribuye extensamente en los tejidos. En concentraciones terapéuticas aproximadamente el 95% de paroxetina presente en el plasma se une a las proteínas plasmáticas. Se elimina casi por completo a través del metabolismo (98%) en trayectorias que involucran la oxidación la metilación y la conjugación. La vida media de eliminación es variable. Pero generalmente oscila alrededor de 24 horas. Los niveles sistémicos estables se obtienen al cabo de 7-14 días del inicio del tratamiento y la farmacocinética no se modifica durante tratamientos prolongados.

CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad conocida a la paroxetina y sus excipientes.

La paroxetina no debe de ser utilizada en combinación con inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO) ni en un lapso de dos semanas después de terminar el tratamiento con inhibidores de la MAO. Tampoco se deben introducir inhibidores de la MAO en un lapso de dos semanas después de terminar la terapia con paroxetina (véase Interacciones medicamentosas y de otro género).

La paroxetina no debe de ser utilizada en combinación con tioridazina porque, como con otros fármacos que inhiben la enzima hepática CYP450 2D6, la paroxetina puede elevar los niveles plasmáticos de la tioridazina (véase Interacciones medicamentosas y de otro género). La administración de la tioridozina sola, puede originar la prolongación del intervalo QTc con asociación de arritmia ventricular grave asociada, como taquiarritmia helicoidal (Torsades de pointes) y muerte súbita. La formulación de paroxetina no debe emplearse en combinación con fenotiazidas como la clorpromazina (véase Interacciones medicamentosas y de otro género).

RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA: Los estudios realizados en animales no han mostrado efectos teratogénicos o embriotóxicos selectivos.

Estudios epidemiológicos recientes sobre el desenlace clínico de embarazos en los que se ha dado seguimiento a la exposición materna a antidepresivos en el primer trimestre del embarazo, han reportado un aumento en el riesgo de malformaciones congénitas, particularmente cardiovasculares (por ejemplo, defectos septales ventriculares y auriculares), asociados con el uso de paroxetina. Los datos sugieren que el riesgo de tener un lactante con un defecto cardiovascular después de la exposición materna a la paroxetina es aproximadamente 1/50, comparada con una tasa esperada para esos defectos de aproximadamente 1/100 lactantes en la población general. El médico tratante necesitará valorar la opción de tratamiento alternativo en mujeres que están embarazadas o están planeando quedar embarazadas, y deberán prescribir paroxetina solamente si el beneficio potencial supera el riesgo potencial. Si se toma la decisión de suspender el tratamiento con paroxetina en una mujer embarazada, el médico tratante deberá consultar la sección de Dosis y vía de administración en Discontinuación de paroxetina y Precauciones generales en Síntomas observados al discontinuar el tratamiento con paroxetina en adultos. Ha habido también reportes de nacimientos prematuros en mujeres embarazadas expuestas a la paroxetina u otros ISRSs, aunque no se ha establecido alguna relación causal con la terapia medicamentosa. Se debe instituir una vigilancia de los recién nacidos, si el uso materno de paroxetina continúa hasta las últimas etapas del embarazo, ya que ha habido reportes de complicaciones en recién nacidos expuestos a paroxetina, u otros ISRSs, tardíamente en el tercer trimestre del embarazo. Sin embargo no se ha confirmado la existencia de alguna asociación causal con la terapia medicamentosa. Los hallazgos clínicos reportados han incluido: disnea, cianosis, apnea, convulsiones, inestabilidad de la temperatura, problemas relacionados con la alimentación, vómito, hipoglucemia, hipertonía, hipotonía, hiperreflexia, temblor, nerviosismo, irritabilidad, letargia, llanto constante y somnolencia. En algunos casos, los síntomas reportados fueron descritos como síntomas de abstinencia neonatal. En la mayor parte de los casos, se reportó que las complicaciones surgieron inmediatamente después del parto, o poco después de éste (< 24 horas). En un estudio epidemiológico, el uso de ISRSs (incluyendo paroxetina), después de las primeras 20 semanas de embarazo, estuvo asociado con un aumento en el riesgo de hipertensión pulmonar persistente en el recién nacido (HPPRN). En aquellas pacientes que utilizaron ISRSs en la etapa tardía de su embarazo, se comunicó un riesgo absoluto de aproximadamente 6 a 12 mujeres por cada 1,000 en comparación con el riesgo observado en la población general de 1 a 2 mujeres por cada 1,000.

En la leche materna se excretan cantidades reducidas de paroxetina. En estudios publicados, las concentraciones séricas en lactantes amamantados fueron indetectables (< 2 ng/ml) o muy bajas (< 4ng/ml). En estos lactantes no se observaron signos de efectos del fármaco. Sin embargo, la paroxetina no debe emplearse durante la lactacia, a menos que los beneficios esperados para la madre justifiquen los riesgos potenciales para el lactante.

REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS: Algunos de los efectos adversos que se listan más adelante pueden disminuir en intensidad y frecuencia al continuar el tratamiento, y generalmente no conllevan a la suspensión de la terapia. Se listan más adelante las reacciones adversas al fármaco por clase de sistema de órganos y frecuencia.

Las frecuencias se definen como: muy comunes (≥ 1/10), comunes (≥ 1/100, < 1/10), poco comunes (≥ 1/1,000, < 1/100), raras (≥1/10,000, < 1/1,000), muy raras (<1/10,000), incluyendo aislados. La frecuencia de los efectos comunes y poco comunes generalmente se determinó a partir de datos de seguridad globales de una población de prueba clínica de > 8,000 pacientes tratados con paroxetina, y se citó como incidencia excesiva sobre el placebo. Los efectos raros y muy raros generalmente se determinaron a partir de datos obtenidos después de la comercialización y se refieren más a un índice de casos reportados que a una frecuencia verdadera.

Trastornos en el sistema linfático y en la sangre:

Poco comunes: sangrado anormal, predominantemente de la piel y las membranas mucosas (equimosis principalmente).

Muy raros: trombocitopenia.

Trastornos en el sistema inmunitario:

Muy raros: reacciones alérgicas (incluyendo urticaria y angioedema).

Trastornos endocrinos:

Muy raros: síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética (SIHAD).

Trastornos en el metabolismo y la nutrición:

Comunes: aumentos en las concentraciones de colesterol, disminución del apetito.

Raros: hiponatremia.

En pacientes en edad avanzada se han comunicado casos de hiponatremia, que algunas veces se deben a una secreción inadecuada de la hormona antidiurética (SIHAD).

Trastornos psiquiátricos:

Comunes: somnolencia, insomnio, agitación.

Poco comunes: confusión, alucinaciones.

Raros: reacciones maniacas.

Estos síntomas podrían deberse a la enfermedad subyacente.

Trastornos en el sistema nervioso:

Comunes: mareo, temblor.

Poco comunes: trastornos extrapiramidales.

Raros: convulsiones, acatisia.

Muy raros: síndrome serotóninérgico (los síntomas pueden incluir agitación, confusión, diaforesis, alucinaciones, hiperreflejos, mioclonía, escalofríos, taquicardia y temblor).

Algunas veces se han reportado casos de trastornos extrapiramidales, incluyendo distonía bucofacial, en pacientes con trastornos motores subyacentes o que estuvieron utilizando medicaciones neurolépticas.

Trastornos oftalmológicos:

Comunes: vista borrosa.

Muy raros: glaucoma agudo.

Trastornos cardiacos:

Poco comunes: taquicardia sinusal.

Trastornos vasculares:

Poco comunes: aumentos o disminuciones transitorios en la presión arterial.

Se han reportado aumentos o disminuciones transitorios en la presión sanguínea, generalmente en pacientes con hipertensión o ansiedad preexistentes, después de un tratamiento con paroxetina.

Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos:

Comunes: bostezos.

Trastornos gastrointestinales

Muy comunes: náusea.

Comunes: estreñimiento, diarrea, boca seca.

Muy raros: sangrado gastrointestinal.

Trastornos hepatobiliares:

Raros: elevación de las enzimas hepáticas.

Muy raros: efectos hepáticos (como hepatitis, algunas veces asociadas con ictericia y/o con insuficiencia hepática).

Se han reportado elevaciones de las enzimas hepáticas. También se han recibido, aunque en muy raras ocasiones, reportes post-comercialización de eventos hepáticos (como hepatitis, algunas veces asociada con ictericia o con insuficiencia hepática, o con ambas cosas).

Se debe considerar la suspensión del tratamiento con paroxetina en caso de que exista una elevación prolongada en los resultados de las pruebas de función hepática.

Trastornos cutáneos y subcutáneos:

Comunes: sudación

Poco comunes: erupciones cutáneas.

Muy raros: reacciones de fotosensibilidad.

Trastornos renales y urinarios:

Poco comunes: retención de orina, incontinencia urinaria.

Trastornos en el aparato reproductor y en glándulas mamarias:

Poco comunes: disfunción sexual.

Raros: hiperprolactinemia/galactorrea.

Trastornos generales y condiciones del sitio de administración:

Comunes: astenia, aumento del peso corporal.

Muy raros: edema periférico.

Síntomas observados al discontinuar el tratamiento con paroxetina:

Comunes: mareo, trastornos sensoriales, trastornos del sueño, ansiedad, cefalea.

Poco comunes: agitación, náusea, temblor, confusión, sudación, diarrea.

Al igual que con otros medicamentos psicoactivos, la suspensión del tratamiento con paroxetina (en particular cuando se hace de forma abrupta) puede producir síntomas como mareo, trastornos sensoriales (incluyendo parestesia y sensaciones de choque eléctrico y acúfenos), trastornos del sueño (incluyendo sueños intensos), agitación o ansiedad, náuseas, cefalea, temblor, confusión, diarrea y sudación. En la mayoría de los pacientes, estos efectos son de intensidad leve a moderada, así como autolimitativos. Ningún grupo de pacientes en particular parece tener un mayor riesgo al experimentar estos síntomas; por tanto, se recomienda que cuando el tratamiento con paroxetina ya no sea necesario, se discontinúe de manera gradual disminuyendo paulatinamente la dosificación (véanse Dosis y vía de administración; Precauciones generales).


PRECAUCIONES EN RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS, TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD:

En estudios en animales, no existe evidencia de efectos carcinogénicos, mutagénicos ni teratogénicos. Con dosis altas, en ratas machos se ha observado un efecto sobre la fertilidad, pero los datos no son extrapolables a los humanos.

INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO:

Fármacos serotoninérgicos: Igual que con otros ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), la coadministración con fármacos serotoninérgicos (como IMAO, L-triptófano, triptanos, tramadol, linezolid, antidepresivos ISRS, litio y preparaciones a base de la hierba de San Juan [Hypericum perforatum]) puede producir varios efectos asociados con la 5-HT (síndrome serotoninérgico: véase Contraindicaciones y Precauciones generales). Cuando estos fármacos se combinen con paroxetina se debe recomendar cautela y un monitoreo clínico más estrecho.

Pimozida: En un estudio realizado con una dosis baja y simple de pimozida (2 mg), se demostró un aumento en las concentraciones de pimozida al coadministrarse con paroxetina. Aunque se desconoce el mecanismo de esta interacción, se contraindica el uso concomitante de pimozida y paroxetina, debido al estrecho terapéutico de la pimozida y a su conocida de prolongar el intervalo QT (véase Contraindicaciones).

Enzimas metabolizadoras de fármacos: El metabolismo y la farmacocinética de paroxetina podrían ser afectados por fármacos que inducen o inhiben las enzimas del metabolismo hepático.

Cuando la paroxetina sea coadministrada con fármacos conocidos como inhibidores del metabolismo, se debe considerar reducir las dosis al límite más bajo del rango terapéutico. No se considera necesario un ajuste inicial de dosis de paroxetina cuando se coadministra con inductores enzimáticos del metabolismo de fármacos (por ejemplo, carbamazepina, rifampicina, fenobarbital, fenitoína). Cualquier ajuste de dosis subsiguiente deberá estar guiado por el efecto clínico (tolerabilidad y eficacia).

Fosamprenavir/ritonavir: La coadministración concurrente de fosamprenavir/ritonavir con paroxetina disminuye significativamente las concentraciones plasmáticas de paroxetina. Cualquier ajuste de la dosificación debe realizarse el monitoreo del efecto clínico (tolerabilidad y eficacia).

Prociclidina: La administración diaria de paroxetina aumenta significativamente las concentraciones plasmáticas de la prociclidina. Si se observan efectos anticolinérgicos, la dosis de prociclidina debe ser reducida.

Anticonvulsivos: Carbamazepina, fenitoína, valproato sódico. La administración concomitante no parece exhibir efectos sobre el perfil farmacocinético/farmacodinámico en pacientes epilépticos.

Potencia inhibitoria de la paroxetina sobre la enzima CYP2D6: Igual que con otros antidepresivos, incluyendo otros ISRS, la paroxetina inhibe la enzima CYP2D6 del citocromo hepático P-450. La inhibición de la enzima CYP2D6 puede resultar en elevación de las concentraciones plasmáticas de los fármacos coadministrados que sean metabolizados por esta enzima. Entre éstos figuran algunos antidepresivos tricíclicos (por ejemplo, amitriptilina, nortriptilina, imipramina y desipramina), neurolépticos fenotiazínicos (por ejemplo, perfenazina y tioridazina, véase Contraindicaciones), risperidona, ciertos antiarrítmicos de tipo 1c (por ejemplo, propafenona y flecainida) y metoprolol.

CYP3A4: Un estudio de interacción in vivo en el que tuvo lugar la coadministración en condiciones en estado estable de paroxetina y terfenadina, un sustrato de la enzima CYP3A4 del citocromo P-450, no reveló efectos de la paroxetina sobre los parámetros farmacocinéticos de la terfenadina. Un estudio semejante de interacción in vivo no reveló efectos de la paroxetina sobre los parámetros farmacocinéticos del alprazolam y viceversa. No se esperaría que la administración concurrente de la paroxetina con terfenadina, alprazolam y otros fármacos que son sustratos de la enzima CYP3A4 representara un peligro.

Fármacos que afectan el pH gástrico: Los datos in vitro han demostrado que la disociación de paroxetina, a partir de la formulación oral líquida, depende del pH. Por lo tanto, los fármacos que alteran el pH gástrico (como los inhibidores de la bomba de protones o los antagonistas del receptor H2 de la histamina) son capaces de afectar las concentraciones plasmáticas de paroxetina en los pacientes que se encuentran bajo terapia con la formulación oral líquida (véase Precauciones generales).

Los estudios clínicos han demostrado que la absorción y la farmacocinética de la paroxetina no son afectadas o sólo son afectadas marginalmente (es decir, en un nivel que no justifica el cambio del régimen posológico) por:

• Alimentos.

• Antiácidos.

• Digoxina.

• Propranolol.

• Alcohol: la paroxetina no aumenta el deterioro de las aptitudes mentales y motoras causado por el alcohol, sin embargo, no se recomienda el uso concomitante de paroxetina y alcohol.

ALTERACIONES EN LOS RESULTADOS DE PRUEBAS DE LABORATORIO:

Hasta el momento no se conoce alteración alguna generada por el uso de la paroxetina.

PRECAUCIONES GENERALES:

Niños y adolescentes (menores de 18 años): El tratamiento con antidepresivos se asocia con un aumento en el riesgo de experimentar pensamientos y conductas en niños y adolescentes con trastorno depresivo mayor, y otros trastornos psiquiátricos. En los estudios clínicos con paroxetina en niños y adolescentes, en pacientes tratados con paroxetina, se observaron más eventos adversos relacionados con un comportamiento suicida (intentos de suicidio y pensamientos suicidas) y la hostilidad (predominantemente agresión, conducta opositora e ira) en comparación con los tratados con placebo (véase Reacciones secundarias y adversas). No hay datos de seguridad a largo plazo en niños y adolescentes acerca del crecimiento, la maduración y el desarrollo cognitivo y conductual. Por lo tanto no se recomienda su uso en menores de 18 años de edad.

Empeoramiento clínico y riesgo de suicidio en adultos: Los adultos jóvenes, especialmente aquellos que padecen trastorno depresivo mayor, podrían estar en mayor riesgo de experimentar comportamiento suicida durante el tratamiento con paroxetina. En un análisis de estudios controlados con placebo, realizados en adultos con trastornos psiquiátricos, se demostró una mayor frecuencia de incidencia de comportamiento suicida en adultos jóvenes (prospectivamente definidos en el intervalo de 18-24 años) tratados con paroxetina, en comparación con aquellos que recibieron tratamiento con placebo (17/776 [2.19%] frente a 5/542 [0.92%]), aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa. No se observó dicho aumento en los grupos de pacientes de mayor edad (de 25-64 años y ≥ 65 años). En los adultos con trastorno depresivo mayor (de todas las edades), se observó un aumento estadísticamente significativo en la frecuencia de incidencia de comportamiento suicida en los pacientes tratados con paroxetina, en comparación con aquellos que recibieron tratamiento con placebo (11/3,455 [0.32%] frente a 1/1,978 [0.05%]; todos los eventos fueron intentos de suicidio). Sin embargo, en el grupo de pacientes tratados con paroxetina, la mayoría de estos intentos (8 de 11) tuvo lugar en adultos más jóvenes, de 18-30 años de edad. Estos datos sobre trastorno depresivo mayor sugieren acerca de la posibilidad de que esa mayor frecuencia de incidencia, observada en la población de adultos jóvenes con trastornos psiquiátricos, se extienda más allá de la edad de 24 años. Los pacientes con depresión pueden experimentar empeoramiento de sus síntomas depresivos y/o surgimiento de ideación y conductas suicidas (comportamiento suicida), estén tomando o no medicamentos antidepresivos. Este riesgo persiste hasta que hay una remisión significativa. Es una experiencia clínica general con todas las terapias antidepresivas que el riesgo de suicidio podría aumentar en las etapas iniciales del restablecimiento. Otras afecciones psiquiátricas para las que se prescribe paroxetina pueden estar asociadas con un aumento del riesgo de conducta suicida. Además, estas afecciones también pueden ser comórbidas con el trastorno depresivo mayor. Además los pacientes con historia de conducta o pensamientos suicidas, los adultos jóvenes y los pacientes que exhiben un grado significativo de ideación suicida antes de comenzar el tratamiento, se encuentra en mayor riesgo de pensamientos suicidas o intentos de suicidio. Se debe vigilar a todos los pacientes con el fin de determinar agravamiento clínico (incluyendo el desarrollo de nuevos síntomas) y comportamiento suicida durante todo el tratamiento, especialmente al principio de un ciclo de tratamiento, o cuando se hagan cambios de dosis, ya sean incrementos o decrementos. Los pacientes (y las personas que los atienden) deben ser alertados en cuanto a la necesidad de monitorear cualquier empeoramiento de su estado (incluyendo el desarrollo de nuevos síntomas) y/o el surgimiento de ideación/conducta suicida o pensamientos de autoinfrigirse daños, y buscar inmediatamente asesoramiento médico si se presentan estos síntomas. Es preciso reconocer que la iniciación de algunos síntomas, como agitación, acatisia o manía, podría estar relacionada con el estado de la enfermedad subyacente o con la terapia con el fármaco (véase más adelante acatisia y manía y trastorno bipolar; Reacciones secundarias y adversas). Se debe considerar un cambio en el régimen terapéutico, con inclusión de una posible discontinuación de la medicación, en los pacientes que experimenten empeoramiento clínico (incluyendo el desarrollo de nuevos síntomas) y/o el surgimiento de ideación/conducta suicida, especialmente si estos síntomas son severos, bruscos en cuanto a iniciación o si no formaban parte de los síntomas que presentaba el paciente.

Acatisia: En raras ocasiones, el uso de paroxetina u otros inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) ha estado asociado con el desarrollo de acatisia, la cual se caracteriza por una sensación interna de inquietud y agitación psicomotora, como la incapacidad para permanecer sentado o de pie y generalmente está asociado con sufrimiento subjetivo. Ésta tiene una mayor probabilidad de presentarse en las primeras semanas de tratamiento.

Síndrome serotoninérgico/síndrome neuroléptico maligno: En raras ocasiones, en asociación con el tratamiento con paroxetina puede presentarse desarrollo de un síndrome serotoninérgico o eventos del tipo del síndrome neuroléptico maligno, particularmente cuando este tratamiento se administre en combinación con otros fármacos serotoninérgicos y/o neurolépticos. Como síndromes pueden resultar en afecciones que ponen en riesgo la vida, el tratamiento con paroxetina debe discontinuarse si se presentan esos eventos (caracterizados por grupo de síntomas como hipertermia, rigidez, mioclonía, inestabilidad autonómica con posibles fluctuaciones rápidas de los signos vitales, alteraciones del estado mental como confusión, irritabilidad, agitación extrema que progresa a delirio y estado de coma) y debe instaurarse tratamiento sintomático de apoyo. La paroxetina no debe usarse en combinación con precursores de la serotonina (como L-triptófano, oxitriptano) debido al riesgo del síndrome serotoninérgico (véase Contraindicaciones e Interacciones medicamentosas y de otro género).

Manía y trastorno bipolar: Un episodio depresivo mayor puede ser la presentación inicial del trastorno bipolar. Generalmente se cree (aunque no se ha establecido en los estudios clínicos) que el tratamiento de tal episodio con un antidepresivo como monoterapia puede aumentar la probabilidad de precipitación de un episodio mixto/maniaco en los pacientes en riesgo de trastorno bipolar. Antes de iniciar el tratamiento con un antidepresivo, los pacientes deberían ser seleccionados adecuadamente para determinar si se encuentran en riesgo de trastorno bipolar; esa selección debería incluir una historia psiquiátrica detallada, incluyendo la historia familiar de suicidio, trastorno bipolar y depresión. Debe destacarse que la paroxetina no está aprobada para el uso en el tratamiento de la depresión bipolar. Igual que con todos los antidepresivos, la paroxetina debería usarse con precaución en los pacientes con una historia de manía.

Inhibidores de la monoaminooxidasa: El tratamiento con paroxetina debe iniciarse con cautela por lo menos 2 semanas después de terminar el tratamiento con inhibidores de la MAO y la dosis de paroxetina debe aumentarse gradualmente hasta que se obtenga la respuesta óptima (véase Contraindicaciones e Interacciones medicamentosas y de otro género).

Pacientes con deterioro renal/hepático: Se recomienda proceder con precaución en los pacientes con deterioro renal severo o en aquéllos con deterioro hepático (véase Dosis y vía de administración).

Epilepsia: Como con otros antidepresivos, la paroxetina debe ser utilizada con precaución en pacientes con epilepsia.

Convulsiones: En general, la incidencia de convulsiones en los pacientes tratados con paroxetina es < 0.1%. La paroxetina deberá ser discontinuada en cualquier paciente que desarrolle convulsiones.

Glaucoma: Como con otros ISRSs, la paroxetina infrecuentemente causa midriasis por lo que se deberá usar con precaución en pacientes con glaucoma de ángulo cerrado.

Terapia electroconvulsiva (TEC): Hay poca experiencia clínica de la administración concomitante de paroxetina con la terapia electroconvulsiva. Sin embargo, ha habido reportes raros de TEC prolongada inductora de convulsiones y/o de convulsiones secundarias en pacientes recibiendo ISRSs.

Hiponatremia: Se ha reportado raramente hiponatremia, predominantemente en los ancianos. La hiponatremia generalmente es reversible al suspender la administración de la paroxetina.

Hemorragia: Se han reportado casos de sangrado en piel y mucosas (incluyendo sangrado gastrointestinal) después del tratamiento con paroxetina, por lo tanto, se deberá usar a la paroxetina con precaución en pacientes que estén siendo tratados concomitantemente con fármacos que den un riesgo aumentando de sangrado y en pacientes con tendencia conocida al sangrado o aquéllos con condiciones que lo predispongan.

Afecciones cardiacas: En los pacientes con afecciones cardiacas se deben observar las precauciones habituales.

Síntomas observados al discontinuar el tratamiento con paroxetina en adultos: En los estudios clínicos en adultos, los eventos adversos observados al discontinuar el tratamiento se presentaron en el 30% de los pacientes tratados con paroxetina en comparación con el 20% de los tratados con placebo. El surgimiento de síntomas de discontinuación no significa lo mismo que si el fármaco fuese adictivo o productor de dependencia como sucedería con una sustancia de abuso.

Se han reportado mareo, trastornos sensoriales (como parestesia y sensaciones de sacudida eléctrica y acúfenos), trastornos del sueño (incluyendo sueños intensos), agitación o ansiedad, náuseas, temblor, confusión, cefalea y diarrea. Generalmente estos síntomas son leves a moderados; sin embargo, en algunos pacientes pueden ser de intensidad severa. Generalmente se presentan en los primeros días después de discontinuar el tratamiento, pero en raras ocasiones ha habido reportes de esos síntomas en pacientes que han omitido inadvertidamente una dosis. Ordinariamente, estos síntomas son autolimitados y en condiciones normales remiten antes de 2 semanas, aunque en algunos individuos pueden ser prolongados (de 2-3 meses o más). Por lo tanto, se recomienda que al discontinuar el tratamiento la dosis de paroxetina sea reducida gradualmente durante un periodo de varias semanas o meses, de acuerdo con las necesidades del paciente (véase Discontinuación de la paroxetina, Dosis y vía de administración).

DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:

Vía de administración: Oral.

Dosis: Se recomienda que COLLEPAX se administre una vez al día, por las mañanas y con alimentos. Las tabletas deberán ser tragadas y no masticadas, como con cualquier antidepresivo, las dosis deben ser revisadas y ajustadas, si es necesario en dos o tres semanas después de iniciado el tratamiento y posteriormente de acuerdo con el juicio clínico. Los pacientes deben ser tratados por un periodo suficiente para asegurar que se hayan eliminado los síntomas. Este periodo puede ser de varios meses para depresión y puede tomar aún más tiempo para el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el trastorno de pánico. Al igual que muchos medicamentos psicoactivos, la suspensión abrupta debe ser evitada (véase Reacciones secundarias y adversas).

Depresión: Una sencilla dosis única al día de 20 mg es la recomendada. En algunos pacientes podría ser necesario aumentar la dosis. Esto debe hacerse gradualmente con incrementos hasta un máximo de 50 mg diarios, de acuerdo con la respuesta del paciente.

Trastorno obsesivo compulsivo: La dosis recomendada es de 40 mg diarios. Los pacientes deberán comenzar con 20 mg y la dosis podrá aumentarse semanalmente. Algunos pacientes se benefician con el incremento de hasta una dosis máxima diaria de 60 mg.

Trastorno de pánico: La dosis recomendada es de 40 mg diarios. Los pacientes deberán comenzar con 20 mg diarios y la dosis se aumentará 20 mg semanalmente según la respuesta del paciente. Algunos pacientes podrían beneficiarse con una dosis máxima diaria de hasta 50 mg. En general, existe la posibilidad de que los síntomas de pánico empeoren al comienzo del tratamiento, por lo que se recomienda una dosis de inicio baja.

Trastorno de ansiedad social/fobia social: La dosis recomendada es de 20 mg diarios. En los pacientes que no respondan a 20 mg se podrá aumentar la dosis, hasta un máximo de 50 mg por día. Los cambios de dosis deberán realizarse a intervalos de por lo menos 1 semana.

Trastornos de ansiedad generalizada: La dosis recomendada es de 20 mg diarios. En algunos pacientes que no respondan a 20 mg se podrá aumentar la dosis, hasta un máximo de 50 mg por día, de acuerdo a la respuesta del paciente.

Trastorno de estrés postraumático: La dosis recomendada es de 20 mg diarios. En algunos pacientes que no respondan a 20 mg se podrá aumentar la dosis, hasta un máximo de 50 mg por día, de acuerdo a la respuesta del paciente.

Información general:

Discontinuación de paroxetina: Al igual que con otros medicamentos psicoactivos, la discontinuación brusca generalmente debería evitarse (véase Precauciones generales; Reacciones secundarias y adversas). El régimen con una fase de discontinuación gradual utilizado en estudios clínicos comprendió un decremento de la dosis de 10 mg/día a intervalos semanales. Cuando se alcanzó una dosis diaria de 20 mg/día, los pacientes continuaron con este régimen de dosificación por una semana antes de que se suspendiera el tratamiento. Si se presentan síntomas intolerables posteriores a una disminución en la dosis o al discontinuar el tratamiento, entonces se debe considerar volver a la dosis prescrita previamente. Por consiguiente, el médico puede seguir disminuyendo la dosis, pero de una manera más gradual.

Otras poblaciones:

Pacientes de edad avanzada: Los sujetos de edad avanzada presentan un aumento en la concentración plasmática de paroxetina. La dosificación debe comenzar como se establece la dosis inicial para el adulto y puede aumentarse semanalmente hasta un máximo de 40 mg al día de acuerdo a la respuesta del paciente.

Niños y adolescentes (menores de 18 años): El uso de paroxetina no se indica en niños o adolescentes menores de 18 años (véase Indicaciones terapéuticas y Precauciones generales).

Pacientes con nefropatía o hepatopatía: En pacientes con alteración renal grave (depuración de creatinina < 30 ml/minuto) o en aquellos con deterioro hepático, se puede presentar aumento en las concentraciones plasmáticas de paroxetina. La dosis recomendada es de 20 mg diarios. Si se requiere, el incremento de dosis deberá ser restringido al límite inferior del margen de dosificación.

MANIFESTACIONES Y MANEJO DE LA SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA ACCIDENTAL:

La información disponible hasta el momento muestra un amplio margen de seguridad. Se ha reportado ingestión de hasta 2,000 mg de paroxetina sola o en combinación con otros fármacos, incluyendo alcohol. Aparte de las reacciones adversas y secundarias previamente descritas, las sobredosis se han acompañado de vómito, dilatación pupilar, fiebre, cambios en la presión arterial, cefalea, contracciones involuntarias de los músculos, agitación, ansiedad y taquicardia. En forma ocasional se han reportado eventos tales como cambios electrocardiográficos, coma y muy eventualmente un resultado fatal, pero generalmente esto cuando la paroxetina se asoció con alcohol y fármacos psicotrópicos, e inclusive sin ingesta concomitante de alcohol. No se conoce antídoto específico. El manejo sugerido es el realizar lavado gástrico y la administración de carbón activado para bloquear la absorción de paroxetina, y llevar un tratamiento sintomático según la evolución del paciente.

PRESENTACIONES:

Caja con 10, 20 y 30 tabletas de 20 mg.

Caja con frasco con 10, 20 y 30 tabletas de 20 mg

Frasco con 10, 20 y 30 tabletas de 20 mg

RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO:

Consérvese a temperatura ambiente a no más de 30°C y en lugar seco.

LEYENDAS DE PROTECCIÓN:

Literatura exclusiva para médicos. No se utilice si se ha ingerido alcohol o hay necesidad de manejar vehículos o maquinaria de precisión, ya que disminuye los reflejos. El uso de este medicamento durante el embarazo y la lactancia queda bajo la responsabilidad del médico. No se use en menores de 18 años. Su venta requiere receta médica. No se deje al alcance de los niños. Literatura exclusiva para médicos.

Reporte las sospechas de reacción adversa al correo:

farmacovigilancia@cofepris.gob.mx

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Av. López Mateos No. 1938

Col. Agua Blanca Industrial, C.P. 45235

Zapopan, Jalisco, México

Reg. Núm. 255M2009, SSA IV